De momento, no está previsto que el aeropuerto de Córdoba sea considerado como «frontera exterior», ya que solo está habilitado como «frontera interior Schengen». Esto significa que cuando pueda albergar vuelos comerciales, lo que ocurrirá a partir del día 26 de este mes, estará «abierto al tráfico nacional e internacional de vuelos de procedencia o destino exclusivamente en los territorios de los estados firmantes del acuerdo Schengen», según explica el Gobierno central a los diputados socialistas Antonio Hurtado y María Jesús Serrano. Esos territorios son Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa, República Eslovaca, Suecia y Suiza.

Según la respuesta, para que sea considerado como «frontera exterior», debe ser declarado mediante una orden del Ministerio de Presidencia a propuesta de los de Asuntos Exteriores y de Cooperación, de Economía y Hacienda y de Interior. Para ello debe haber «un informe favorable del departamento ministerial y órgano autonómico del que dependa el aeropuerto y que se comunique a la comisión europea». La respuesta explica que «no hay constancia de ninguna petición para habilitar el aeropuerto» como «frontera exterior».

El PSOE preguntó sobre si se puede «implementar una frontera aérea» en Córdoba, es decir, «un aeropuerto aduanero a demanda», y si se podría autorizar a las aeronaves ultraligeras salir del territorio Schengen. El Gobierno responde que las aeronaves ultraligeras «no pueden volar sobre espacios aéreos controlados sino aeródromos» y si quiere salir del territorio Schengen, debe pedir autorización.

Hurtado explica que para que Córdoba sea puesto fronterizo «para vuelos entre la Península y Marruecos, debe ser declarado frontera exterior». El aeropuerto de Castellón, por ejemplo, lo es.