Ricardo Alvarez-Espejo nació el año en que Di Stéfano jugaba su primer partido en el Madrid, la Cocacola volvía a España, se estrenaba ´De aquí a la eternidad´ y Stalin fallecía por un derrame cerebral. Bueno, en 1953 pasaron más cosas, claro, y el actual jefe de la Brigada Guzmán el Bueno tardó unos años más en descubrir su vocación. Sería por el 72, cuando ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza, inspirado por un familiar. "A lo largo de los años --reconoce-- la idea que al principio tiene uno del Ejército va cambiando. He ido queriendo cada vez más esta profesión". Durante 14 años ocupó puestos operativos en la Brigada Paracaidista (Bripac) --"Yo doblaba regular el paracaídas, pero luego siempre funcionaban"--; en el Regimiento de Artillería Flandes 30 y en el Grupo Logístico XII. Ocupó cargos en la Dirección General de Política de Defensa, el Estado Mayor del Ejército, la Brigada Ligera Paracaidista y el Cuartel General de las Fuerzas de Acción Rápida. Ha participado en misiones de la ONU en El Salvador, Bosnia, Kosovo y Afganistán (Herat). Es diplomado de Estado Mayor y fue nombrado jefe de la Brigada Guzmán el Bueno el 2 de marzo de 2007. Se encuentra en posesión de numerosas condecoraciones nacionales y extranjeras. Habla inglés, francés e italiano. Está casado y tiene un hijo. Este hombre de trato cercano --a pesar de su altura ´paulgasolística´- estará al frente de las tropas en Líbano.