La cosa no está nada fácil. Por si las tasas universitarias, la falta de becas o las notas de corte no fueran bastante aliciente, en septiembre todo se complica aún más porque una gran parte de las plazas universitarias ya están repartidas. Sin embargo, nunca es tarde si la dicha es buena. Y con esa idea, más de mil alumnos se enfrentaron ayer a las pruebas de acceso que determinarán su nota y decidirán si son aptos para estudiar un grado universitario.

En los pasillos de Derecho y ETEA, las dos sedes donde se juegan la suerte este año los estudiantes, se masticaban los nervios a primera hora. Nervios que, después del primer examen, parecieron aplacarse. "El comentario de texto ha sido fácil, hemos elegido Crónica de una muerte anunciada de García Márquez y no el texto de La Razón", comentaban un grupo de amigas del Alhakén II antes de la prueba de Filosofía e Historia. Pocos se complicaron con la opción B. Junto a la puerta del aula, Omara y Joaquín apuraban los últimos minutos para repasar. "Ojalá nos toque la restauración o la Desamortización... mientras no sea Isabel II...", comentaban entre ellos. Y ambos tuvieron suerte porque en Historia de España dieron a elegir entre la Restauración y la Segunda República. Los de Filosofía tampoco pudieron quejarse con Platón y Santo Tomás de Aquino, dos clásicos que no podían faltar en una prueba de Selectividad y que, a buen seguro, todos los presentes se sabían al dedillo. A última hora, solo faltaba el examen de idioma. Y tanto en francés como en inglés, los temas tenían su interés. En el primero, textos sobre el deterioro de los árboles y sobre unas jornadas internacionales sobre la problemática de las niñas. En inglés, la cuestión iba del carácter terapéutico de los perros.

La primera sesión acabó sin incidencias, salvo la no asistencia o huida de algún que otro alumno que, después del primer examen, decidió huir. Hoy, más.