El legendario Círculo Cultural Juan XXIII era un especie de rito para quien se tildaba de demócrata --palabra que no se utilizaba en vano en aquellos tiempos-- y a él había que acudir para hacerse un nombre en la izquierda. Y allí, frente a la taberna de la Sociedad de Plateros de San Francisco, se constituye la Junta Democrática, muerto Franco y con Arias Navarro en la Presidencia del Gobierno, y Ernesto Caballero "se presenta en sociedad". "Mi primera intervención abierta la hago ahí. Estábamos clandestinos todos todavía. El acuerdo era que la presentaría Carlos Castilla del Pino, que era militante del Partido Comunista, y que intervendrían Rafael Sarazá y Pepe Aumente. Y yo estaría también. Habló Carlos Castilla el primero, haciendo la presentación de la Junta Democrática, fue más bien breve. Luego, Pepe Aumente, que le pasó el micro a Rafael Sarazá, que habla muy poco y de pronto hace así con el micro, me lo da y dice dí tú algo. Eso no estaba previsto porque habíamos quedado que yo, siendo militante comunista conocido, sabiendo que la policía estaba allí, lo mejor es que no interviniera. Pero al final me dio el micro, me puse de pie, me presenté diciendo mi nombre y apellidos y diciendo que era militante del PCE".

-¿Y la policía?

-Se hizo un silencio porque la gente por primera vez ve a un comunista que se declara comunista. La policía está allí tomando nota, la gente se quedó un poco paralizada y algunos pensaban que me iba a detener. Por primera vez un comunista habla públicamente delante de la policía y la policía no actúa, no reacciona.

-¿Qué nombres socialistas conocidos había en ese época?

-Muy pocos. En ese intento de hacer primero la Mesa Democrática, luego la Junta, quisimos comunicarnos con todas las fuerzas de izquierdas. Uno de los que más trabajó en esa dirección fue Pepe Aumente. No sé si fue él, pero me presentaron a gente del mundo de los cristianos, Rafael Sarazá, Antonio Luque, Balbino Povedano, gente con la que yo, representante del PCE, empecé a tener comunicación y a pensar conjuntamente las cosas que podíamos hacer para difundir la necesidad de que se apuntaran a la lucha contra el cambio de la dictadura. Y en ese caminar los socialistas que encontramos fueron Matías Camacho y un grupo de militantes, que era gente muy mayor, hasta que conectamos con un profesor que daba clases en Palma del Río, de nombre creo que Patricio, y éste nos puso en comunicación con el médico, luego diputado, Guillermo Galeote. Y empezamos a reunirnos Pepe Aumente, Guillermo Galeote y yo. Al principio, Guillermo Galeote no ocultaba el miedo que le daba cuando se reunía con nosotros y nos dejó plantados varias veces.