Los precios de los servicios básicos que ofrecen las funerarias de Córdoba se encuentran entre los baremos más bajos de España. Así, la inhumación o incineración del cuerpo, una corona de flores, el uso de una tanatosala, la gestión de los trámites en el registro civil, el donativo a la parroquia por oficiar el funeral y los traslados pertinentes en coche se sitúan en los 1.652,78 euros (275.000 pesetas).

En las vísperas de los dos primeros días de noviembre, unidos inevitablemente con el recuerdo a los difuntos, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU, de ámbito nacional) echó mano a cuestiones más terrenales al alertar, en un informe, de que en ocasiones los precios de los sepelios son abusivos en algunas ciudades españolas. Las gestiones realizadas ayer por Diario CORDOBA en algunas funerarias de la capital revelan que Córdoba queda al nivel de las más baratas (Málaga, con 1.330 euros, y Zaragoza, con 1.746 euros), a mucha distancia de los 3.298 euros de Barcelona, la más cara.

SEGUN LAS PRESTACIONES

Tanatorio de Córdoba confirmó que, en efecto, en esta provincia los costes medios son de los más bajos de España. Y la información facilitada por Juan José Jurado, conductor y comercial de Tanatorio Vázquez, incide en esta realidad. Jurado explicó que las prestaciones se pueden ampliar por deseo de las familias y si a la oferta básica se le añade la publicación de una esquela de media página en prensa y varias coronas de flores el importe final se sitúa en los 2.103,54 euros (las 350.000 pesetas).

Como en todos los ámbitos, si los clientes se decantan por lo mejor del catálogo (traducido en los mejores modelos de ataúdes, como la caja americana de madera maciza y en las coronas formadas en su totalidad por rosas) traspasan con creces esta barrera de precios moderados.

La liberalización del sector en 1996 ha conllevado que cada negocio marque sus tasas y que con la libertad de precios algunos pidan presupuestos y comparen, indicó Jurado. Y Córdoba parece distanciarse, también aquí, de la opacidad del estilo de trabajo de otras funerarias españolas, que se niegan, según la OCU, a facilitar un presupuesto detallado. Por otro lado, el hecho de poseer un nicho en propiedad o de tener un seguro que cubra estos trámites, como es lógico, aligera o engorda estas estimaciones.

Pero, independientemente de estas consideraciones económicas, que intentan concienciar a los usuarios para que escapen del fraude en trances tan duros, la tradición cristiana por venerar a los fallecidos sigue su curso. Noviembre, mes otoñal y sombrío, lleva atado a él en su inicio el Día de todos los Santos, día festivo en el que la Iglesia católica honra a todas las personas anónimas que fueron santas en vida.

FLORES Y ORACIONES

Mañana, día 2, se celebra el Día de los Difuntos, una jornada que en sus vísperas va congregando a miles de personas en los cementerios para cumplir una cita inexcusable con los que un día murieron. La intención es venerarlos con flores y oraciones y adecentar lápidas, nichos o panteones.

Ambos días van tan indisolublemente unidos, que a veces deparan confusiones. Y más cuando el día no laborable de Todos los Santos suele ser aprovechado para visitar los camposantos de la localidad en la que se vive o los de otros lugares de la provincia.

El objetivo no es otro que hacer limpieza en las tumbas para que el Día de los Difuntos amanezcan en buenas condiciones.

Hay quien prefiere mimar los enterramientos todos los días del año e, incluso, da un "repasito" a los de alrededor por caridad. Están también los que sólo acuden en esa ocasión puntual y los que reniegan de ir sólo porque lo indica el almanaque.

La pulcritud choca con el abandono de losas hechas trizas. La abundancia de visitas con la ausencia de ellas; las flores de plástico con las naturales. Es un tiempo en el que conviven contrastes y sentimientos encontrados: los hay que recelan de poner un pie en los cementerios y los hay que piensan que sigue siendo la mejor forma de mantener viva la memoria.