La península Ibérica, al igual que la Europa Occidental, son zonas libres de la enfermedad de la rabia, pero tanto las fronteras este y sur están en contacto con territorios en los que la patología es endémica, principalmente en el Magreb

La reciente aparición de un caso de rabia en la ciudad de Melilla pone de manifiesto la importancia de la vacunación de animales de compañía, principalmente perros, los transmisores más importantes, y también gatos y hurones, en menor medida estos últimos.

La vacunación es la verdadera barrera que permite que la enfermedad se encuentre erradicada, pues en caso de que entre en la Península un animal infectado de rabia, la infección a otros animales domésticos se detiene al estar vacunados, rompiéndose la cadena de transmisión de esta manera.

Los casos de rabia que se dan en España están localizados en los territorios de Ceuta y Melilla, fronteras permeables para animales que padecen la enfermedad, ya que la rabia es endémica en la zona del Magreb, pudiendo afectar a perros y pasar a personas, en las que la enfermedad, transmitida por animales, se manifiesta como una patología grave.

Por ello, el presidente del Colegio de Veterinarios de Córdoba, Antonio Arenas, manifiesta que las campañas de vacunación, obligatoria, en perros, es la mejor medida de prevención, añadiendo a la rabia la vacuna contra la equinocosis o quiste hidatídico, además de la desparasitación.

A estas medidas preventivas se suma también Sadeco, que controla a los animales callejeros, como las colonias de gatos, De esta manera, la transmisión de la enfermedad a los animales silvestres no existe al estar vacunados.

La llegada de las vacaciones y la posibilidad de deshacerse de las mascotas aumenta la responsabilidad de los dueños, abandonando el calendario de vacunas anual de los perros, la medida preventiva más eficaz contra la rabia, una enfermedad que es real, con más de 60.000 casos en humanos en todo el mundo, principalmente en el sudeste asiático.