Llegar hasta aquí no ha sido fácil y aún queda camino por recorrer, aunque la decisión ya está tomada a falta de su aprobación por la junta de gobierno local. El consejo rector de la Gerencia de Urbanismo ha elegido ya los nombres que tendrán 13 calles que pierden sus tradicionales denominaciones por conservar reminiscencias franquistas, cumpliendo así con la Ley de la Memoria Histórica, con un dictamen de una comisión que echó a andar en abril del 2017 y que mostró sus conclusiones en diciembre, y con un acuerdo plenario en el que quedaron reflejadas las posturas enfrentadas que hay, y que son difíciles de resolver, sobre todo en relación a cuatro calles (Cruz Conde, Vallellano, José María Pemán y Cronista Rey Díaz) y una plaza (Cañero).

Los nuevos nombres

A través de una ruta imaginaria que empiece y acabe en el centro, podemos ir desde el Foro Romano a la avenida del Flamenco recorriendo los siete barrios que tendrán que adaptarse a las nuevas denominaciones. Uno de los nombres a los que más costará acostumbrarse, principalmente por la fuerza de la costumbre, es al de la calle José Cruz Conde, que pasa a denominarse Foro Romano en referencia a los importantes vestigios del pasado que hay en su subsuelo. El barrio con más cambios es Cañero, que, además de su plaza, que será de los Derechos Humanos, tendrá tres vías con nuevos nombres. Por un lado, Joaquín Benjumea será sustituido por el párroco emérito de San Vicente Ferrer, Bartolomé Blanco; por otro, Periodista Aguilera deja paso a Las Pulidoras, como homenaje a esa profesión que estuvo tan extendida en el barrio; y, por último, Poeta Antonio Arévalo desaparece y llega Ana Claro Fuentes, gran defensora de los derechos de la mujer.

En la zona de La Viñuela y avenida de Barcelona también habrá cambios. Periodista García Prieto será sustituido por Carmen López Román, activista y luchadora por los derechos de la mujer. Ángela Romero de Torres, que estuvo ligada al museo de Julio Romero de Torres (su hermano) y al Arqueológico, será el nuevo nombre de Poeta Francisco Arévalo. Por último, el sindicalista Manolo Rubia, primer secretario general de la unión provincial de CCOO, se perpetuará en Fernando Fernández Martínez.

En Santa Rosa-Valdeolleros, Cronista Rey Díaz pierde esta denominación para recordar al Librero Rogelio Luque, creador de la librería que lleva su apellido. Ya en la zona oeste, en Ciudad Jardín, Joaquín López de Huici se queda con el nombre de la primera veterinaria de España, María Cerrato. En Poniente, Periodista Quesada Chacón da paso a la avenida de La Letro para recordar la importancia que tuvo la histórica fábrica. Por último, en el Parque Cruz Conde, se sustituye José María Pemán por un personaje de cómic, Corto Maltés.

Volviendo a la zona centro, si difícil es acostumbrarse a llamar Foro Romano a la calle Cruz Conde, más complicado será aún referirse a Conde de Vallellano como la avenida del Flamenco. Será cuestión de tiempo.

La votación

Los trece nombres fueron seleccionados de una lista de 55 propuestas realizadas por el Consejo del Movimiento Ciudadano, después de recibir sugerencias canalizadas a través de los consejos de distrito, y enviadas a Urbanismo con las argumentaciones y justificaciones correspondientes. El PP decidió salirse de la votación después de que su propuesta de posponer la selección de los nombres para después de las elecciones autonómicas no prosperara. Ciudadanos, por su parte, se abstuvo, mientras que PSOE, IU y Ganemos consensuaron 13 nombres, que son los que salieron adelante. El PP, contrario sobre todo al cambio de los cinco nombres que son los que en todo este proceso han resultado más controvertidos, ya ha avisado de que, si llega a la Alcaldía el año que viene, dará marcha atrás y convocará una consulta popular para decidir si se modifican y, en caso afirmativo, qué nombres se seleccionan para sustituirlos.

Los efectos prácticos

Cambiar el nombre de una calle no solo implica quitar un rótulo y poner otro en su sitio, con el coste que ello puede conllevar. El Ayuntamiento debe renovar la señalización en la que aparece la denominación de las calles afectadas. A eso se suman los perjuicios que pueden tener los comercios y negocios afectados, que se concentran fundamentalmente en Cruz Conde. Comercio Córdoba, por ejemplo, estima un gasto extra de entre 1.500 y 4.000 euros por comerciante. A los residentes, más de 4.400, más que gasto, la modificación del callejero les acarrea molestias como renovar el DNI o el carnet de conducir. El Ayuntamiento ya ha anunciado que se encargará de avisar a las compañías suministradoras y de actualizar el domicilio en los impuestos municipales. En cuanto a cambiar el nombre en escrituras, es optativo.

Principio pero no fin

El cambio de nombres es el principio pero no el fin. Aún quedan muchas tareas pendientes plasmadas en el informe de la comisión de la Memoria Histórica, la más esperada y compleja es la exhumación de los restos de las más de 4.000 víctimas que permanecen perdidas en el caos de las fosas comunes.