Valenzuela estuvo acompañada por todas las autoridades civiles y militares de la provincia, pero también por muchos amigos, familiares, personas del mundo de la cultura y del tejido asociativo, donde es muy querida. Si bien comenzó su discurso rindiendo homenaje a las mujeres, al ser ella la primera que se pone al frente de la Subdelegación del Gobierno en Córdoba, terminó, emocionada, leyendo un fragmento del libro La lluvia en el desierto, de su marido fallecido, el escritor Eduardo García. El broche de oro lo puso la música, a cargo de sus amigos Rafael Castejón y Verónica, que cantaron de forma especial el himno de Andalucía e interpretaron el de España, tras el que la nueva subdelegada se fundió en sentidos abrazos con cuantos acudieron a darle la bienvenida de nuevo a la política.