El Pleno del Ayuntamiento de Córdoba dio el martes el primer paso para la implantación del registro de ADN canino. La propuesta fue presentada por Ciudadanos, que logró alcanzar un acuerdo con el resto de grupos municipales antes de la sesión, a la que llegó como moción conjunta que, por lo tanto, salió por unanimidad. A partir de ahora, el Ayuntamiento tendrá que modificar la ordenanza municipal existente e incorporar este censo que, por un lado, servirá para identificar a los animales y, por otro, para multar a los propietarios que no recojan de la vía pública los excrementos. Aunque ya trabaja en la redacción de un borrador de ordenanza, hasta su total aprobación por el Pleno quedan numerosos trámites, por lo que es difícil que la nueva fórmula entre en funcionamiento antes de que acabe el mandato. No obstante, el Ayuntamiento no descarta que ese paso se dé en el 2019.

Cuatro años

El Ayuntamiento que estrenó el ADN genético en el 2014 fue Xátiva (Valencia), donde cuesta 36 euros la inscripción del animal en el censo, 20 euros la toma de muestras de los excrementos y se imponen sanciones de 200. Desde entonces se han ido sumando municipios de toda España, por lo que el sistema va ganando adeptos. La última ciudad en implantarlo ha sido Málaga, que ha estrenado esta fórmula este mismo año y que ya tiene los primeros resultados. Otros municipios como Zaragoza, que aprobó en enero su nueva normativa con el mismo fin, o Madrid, también quieren emplear este método.

Los primeros de Córdoba

La empresa municipal Sadeco ya está utilizando las pruebas de ADN en los perros que tiene en su centro de control animal. Desde hace un año, y hasta ahora, la empresa municipal ha censado 517 perros que han sido adoptados o cedidos a asociaciones protectoras de animales. Los servicios veterinarios del centro de control animal son los que realizan las muestras, que se hacen antes de la entrega de las mascotas a sus nuevos propietarios. Sadeco ve en este sistema «una garantía complementaria a la identificación electrónica legalmente obligatoria», es decir, al microchip. Fuentes de la empresa municipal explican que «el genotipo de un animal no es alterable ni se puede sustraer como sucede con el microchip», por lo que «queda asegurada la trazabilidad de los animales desde el momento en que son identificados por el veterinario». Los resultados del estudio que se realiza quedan almacenados en una base de datos que permanece asociada al animal por un número de microchip con el que, según Sadeco, «se respeta la normativa de protección de datos».

Pasos a dar

El Ayuntamiento tendrá que modificar la ordenanza municipal de control animal para incluir en ella la obligatoriedad de someter a los perros a una extracción de sangre para tener su huella genética. Fuentes municipales explican que el Ayuntamiento tendrá que decidir «cómo y dónde se realizan las extracciones» para lo que consultará a Sadeco, al Colegio de Veterinarios y a la Universidad de Córdoba. Además, tendrá que elegir un laboratorio autorizado para gestionar las muestras y almacenar la información. Por otro lado, hará falta establecer un protocolo de actuación para llevar a cabo la toma de muestras en la vía pública y trasladarlas al laboratorio «con todas las garantías de seguridad jurídica que requiere el mantenimiento de la cadena de custodia», señalan estas fuentes. El Ayuntamiento explica que este protocolo se establecerá de forma conjunta entre la Policía Local, el servicio de inspección ambiental de Sadeco y los servicios veterinarios del centro de control animal. El Ayuntamiento no prevé complicaciones legales con la implantación del sistema, ya que «no pretende anular las competencias de la comunidad autónoma en materia de identificación», sino «implementar normas locales que complementen».

Denuncias y multas

Las sanciones por no registrar al animal en el censo de ADN o por no recoger sus excrementos tendrán que determinarse en la nueva ordenanza, aunque, según fuentes de Sadeco, suelen ser consideradas leves y su cuantía oscila entre los 300 y 600 euros.

En lo que va de año -hasta el 10 de junio-, en Córdoba ha habido 41 denuncias por no recoger los excrementos caninos de la calle, cinco menos que en el mismo periodo de un año antes. Con esa cifra, sale únicamente una media de seis denuncias al mes.

Experiencia

Una de las empresas acreditadas para prestar el servicio genético es Global Biotech Marketing (Bbi.bio), cuya marca comercial es ADN Perros, que trabaja en más de treinta municipios de todo el territorio nacional (principalmente de Cataluña, Valencia, Madrid y Andalucía), entre ellos, Málaga, donde se encarga tanto del censo como del análisis de excrementos. El responsable del departamento de ADN Canino, Rafael Sayago, explica que este sistema novedoso en España y Europa sirve de «complemento al microchip» y «es el futuro, ya que cubre sus carencias». Aunque «el microchip es buenísimo en la identificación rápida del animal», el ADN «permite proteger más a los perros», ya que se dan casos de maltrato en los que se les arranca el chip. A esto se une la posibilidad que da en «camadas abandonadas», ya que «permite identificar a la madre». Sayago aclara que la huella genética va ligada «a un código fiable, por lo que los perros que se someten a la prueba deben tener instalado previamente el microchip».

En el caso del análisis de las heces, indica que «los profesionales de la limpieza del municipio y un agente con capacidad para abrir un expediente sancionador recogen la muestra de excrementos, que tiene un protocolo de cadena de custodia hasta llegar al laboratorio», donde se «saca el genotipo» y «se compara con la base de datos». Sayago asegura que todos los municipios con registro de ADN canino «detectan un cambio de tendencia» y las calles más limpias.

Viene de la página anterior

Pasa a la página siguiente