Quién sabe si será la herencia de Séneca, tan traída y llevada al cabo de los siglos, un exceso de modestia o una falta de sensibilidad colectiva, pero Córdoba tiene esa extraña manía de no apreciar lo que posee hasta que ojos foráneos llaman la atención sobre sus tesoros y quedan embelesados por sus pertenencias. Acostumbrados a vivir en la abundancia estética, Córdoba y sus habitantes están tan acostumbrados a rodearse de monumentos y espacios singulares, tan al alcance de la mano, que dejan de tener valor.

Menos mal que de vez en cuando voces extranjeras ponen el foco en la ciudad, permitiendo a los de dentro redescubrir la belleza de su entorno. Algo así está ocurriendo con la fiesta de los patios. The Independent, un diario británico, ha llamado esta semana la atención a los vecinos del Reino Unido sobre la belleza de estos recintos en un amplio reportaje que no tiene desperdicio y que empieza con una afirmación difícil de creer para el escéptico medio cordobés: «Córdoba no necesita presentación». Un piropo que a muchos les resulta inverosímil, como si un modelo de revista se cruzara contigo de repente y quedara prendado por tu belleza. ¿Están hablando de nosotros?

Pues sí. Por más que nos cueste creérnoslo, Córdoba y en concreto sus patios son motivo de fascinación en Europa. «Los patios son crisoles culturales que han estado en el epicentro de la vida local desde la época mesopotámica», recuerdan en The Independent en un relato que se detiene en la aportación de los musulmanes, «que transformaron estos espacios en cuentos de hadas de cestas colgantes llenos de rosas y geranios» hasta llegar a la contemporaneidad. Además de hablar del festival, dan cumplida cuenta de las fórmulas disponibles para visitar los patios fuera de concurso. También recuerda que desde el 2012 es una fiesta reconocidda por la Unesco como patrimonio inmaterial y concluye con una mala noticia. «Esta edición ya ha terminado» aunque invita a los lectores a ir haciendo planes para el 2018, «en que se celebrará el centenario del concurso, solo interrumpido por la Guerra Civil Española».

Los británicos no son los únicos atraídos por los patios. El Consejo de Europa se ha interesado por las buenas prácticas de los patios de la Axerquía y han sido objeto de estudio en los laboratorios de la convención de Faro esta semana. El objetivo, mostrar la puesta en uso por parte de la administración pública y rehabilitación de casas patio abandonadas (Trueque 4 o San Juan de Palomares 11) como ejemplo de sostenibilidad social y de puesta en uso del patrimonio material e inmaterial. La arquitecta Gaia Redaelli ha presentado esta fórmula en el foro del Consejo de Europa destacando elementos claves de estas intervenciones como «la colaboración entre la economía social y las administraciones» o el hecho de que la recuperación de estas casas favorezca «el mantenimiento de la ciudadanía local en una zona de alto valor pero con alto riesgo de ser absorbida por el turismo en los próximos años».

Por más que a los cordobeses nos cueste reconocer las cosas que se hacen bien en la ciudad, la ciudad es modelo para otros. No estaría de más ir tomando nota y valorar el patrimonio local en su justa medida.