La comisión técnica de seguridad, en la que están incluidos técnicos del Ayuntamiento y la Subdelegación del Gobierno y miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, ha propuesto la instalación de nuevos obstáculos físicos en ocho puntos de la ciudad atendiendo al estado de alerta 4 reforzado tras los atentados yihadistas de Cataluña. De este modo, a los macetones instalados ya en la Puerta del Puente y en los dos extremos del Puente Romano podrían añadirse una decena más de bolardos, tipo pilona o maceteros. Se trata tan solo de una propuesta que ahora deberá evaluarse para saber cuál será su coste, así como a cargo de quién correrán los gastos. De momento, el Ayuntamiento ha sido quien ha costeado la colocación de las medidas de seguridad.

En concreto se ha proyectado la instalación de seis pilonas para limitar el paso a vehículos autorizados en determinadas zonas. Así podrían colocarse dos pilonas en Ronda de Isasa, una con el cruce de la calle Caño Quebrado y otra a la altura de Santa Teresa de Jornet; se activará la que ya está instalada en la calle Amador de los Ríos; y se pondrán dos más en la calle Cruz Conde, con Ronda de los Tejares y la calle San Álvaro, y, por último, una más en la calle Concepción con la calle Duque de Fernán Núñez. Además de estas pilonas, la comisión ha propuesto la colocación de maceteros similares a los que ya se han instalado en la Puerta del Puente en el Bulevar de Gran Capitán, esquina Ronda de los Tejares (entre la fuente y Cajasur) y en la zona del Alcázar de los Reyes Cristianos, donde se aglomeran los visitantes para entrar al monumento.

Estos obstáculos físicos se quieren fijar para evitar la circulación de vehículos en zonas peatonales de gran afluencia e impedir con ellos el que ha sido el modus operandi de varios atentados yihadistas, como el ocurrido recientemente en las Ramblas de Barcelona, donde una furgoneta atropelló a los peatones que circulaban por la acera matando a 16 personas. Medidas similares se están tomando en el resto de ciudades españolas, si bien los técnicos tienen que barajar la idoneidad de su instalación y el respeto a la libre circulación de ciudadanos y vehículos de emergencias como Bomberos, Policía o ambulancias.