El Bar X abrió sus puertas a finales de los años 30, aunque en principio se concibió como una pensión para huéspedes. Después compró la casa contigua y puso un bar. Todo lo montó Encarnación Jurado, una mujer viuda antes de llegar a los 40 y con cuatro hijos que tuvo una gran visión empresarial y que después de embarcarse en ese proyecto abriría el mítico El Frenazo, en la N-432.

A partir de 1967 se hizo cargo del bar su hija y es a principios de los 90 cuando el nieto de Encarnación, Juan José Obrero, el actual propietario, se pone al frente del negocio. Un negocio que «se ha ido adaptando continuamente a los cambios de Cerro Muriano». Hoy el Bar X es una de las referencias gastronómicas de la zona, que ofrece «una cocina clásica con toques bastante actualizados».