Vivir en un barrio determinado condiciona la vida de manera dramática. Y no son los edificios o el urbanismo de estos lugares concretos los causantes de esta realidad dura. Son, en una gran parte, las políticas de las administraciones autonómicas y locales las que provocan que aparezca la pobreza y la exclusión social. Así lo manifiesta, también con dureza, la presidenta de la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados, Lola Contreras. Ellos, los habitantes de estas zonas que poseen su particular «competición», la lista negra de los barrios más pobres de España, «pueden tener algo de culpa», pero son «las políticas que se hacen desde esos ámbitos (las administraciones autonómica y local) las que generan el estado de vida que tenemos en los barrios». Son zonas pobres en las que, según la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, se «perpetúa esta situación», amparada por la falta de una alimentación digna, de una vivienda, de un trabajo, de una formación y de unas condiciones de vida saludable.

Esta problemática es la que ayer se analizó en la séptima Jornada Andaluza de Barrios Ignorados, que se celebró en el Centro de Servicios Sociales La Foggara, en Las Palmeras. Y son Las Palmeras junto a Las Moreras y el distrito Sur los barrios de Córdoba más afectados por esta situación de pobreza y exclusión social, y tres de las zonas que pertenecen a la lista negra a nivel nacional.

Pero esta realidad se puede invertir, con un gran esfuerzo, trabajo, ilusión y ayuda de las diferentes administraciones. Este rayo de luz, que hoy es esperanza de los barrios ignorados que existen en Andalucía, comenzó a gestarse hace dos años en Las Palmeras. Se trata del Plan Integral Las Palmeras, al que se acogieron todas las administraciones, las universidades de Córdoba y Loyola y el movimiento vecinal de Las Palmeras. Aunque los vecinos de este barrio manifiestan que el proceso se está desarrollando de manera lenta, mantienen la esperanza en las instituciones, pero principalmente en ellos, piezas fundamentales para revertir la situación. Esperanza que, según Contreras, la basan también en la ayuda que le ofrezcan, pues «si se rescató a la banca, por qué no se van a rescatar a las personas».

La jornada sirvió para diagnosticar las causas y cómo llegar a revertir la pobreza y exclusión social, con el apoyo del Ayuntamiento, que en los cuatro últimos años ha duplicado el presupuesto del área de Servicios Sociales, con 37 millones de euros para «mejorar las condiciones» de los barrios. Se trata de un proceso desarrollado desde una perspectiva integral para que los vecinos de estas zonas, según Ambrosio, «tengan las mismas condiciones de vida y los mismos índices de normalidad que el resto de los barrios de las ciudades».

Las Palmeras continúa con su lucha para ponerle cara a todos sus habitantes, liderando un proyecto esperanzador, ejemplo para esta jornada, en la que participan asociaciones de Jaén, Granada, Sevilla, Córdoba y de otros puntos de España.