La moda cordobesa dedicada al diseño y confección para bodas, bautizos, comuniones y otros eventos ha experimentado uno de los reveses más duros de su historia. Firmas consolidadas como Matilde Cano o Ana Torres han tenido que realizar ertes en sus plantillas, posponer citas importantes e, incluso, cerrar temporalmente alguna de sus tiendas que con las medidas de aforo habían quedado casi incapacitadas para realizar la atención personalizada a sus clientas. Por otro lado, otras marcas más jóvenes como Barey, que empezaban a desplegar sus alas, se encontraron con sus expectativas y sueños frustrados por la pandemia el pasado marzo, obligándoles a reestructurar prácticamente toda su actividad.

Marisa Gutiérrez, directora creativa de Matilde Cano, ha explicado que el sector de la moda ya se había visto afectado antes de la pandemia y estaba sufriendo una revolución interna a causa de la hegemonía de las marcas fast fashion. A pesar de ello, Gutiérrez cree que la moda de eventos había sobrevivido prácticamente ilesa durante este tiempo «por el componente emocional» que la rodea. No obstante, esta capacidad de resistencia que mostraba ante el conjunto del sector no frenó la inevitable caída que vendría a partir de marzo, cuando se comenzaron a producir las primeras llamadas de novias e invitadas para aplazar las citas. «Se esperaba que fuese algo a corto plazo y no hubo prácticamente cancelaciones en un primer momento», afirma. Las circunstancias cambiaron en mayo, cuando empezó a preverse que la pandemia se prolongaría más de lo esperado y eso se tradujo en un traspaso de las bodas al 2021 y un rápido adelanto de las comuniones, que se celebraron en julio y agosto, aliviando algo al sector. A pesar del duro 2020, Gutiérrez apunta que este «puede ser un buen año» porque «el amor permanece y quienes quieren casarse terminan haciéndolo», por lo que espera que se acumulen novias, madrinas e invitadas del 2020.

Mientras tanto, expresa Gutiérrez, «este no ha sido tiempo de estar paradas» y han decidido reinventarse y adaptarse al presente con colecciones cápsula de sudaderas, una colección de cuellos victorianos y adaptan sus diseños a la comodidad a la que las clientas se han acostumbrado durante estos meses.

Por su parte, Lorena Torres, diseñadora de Ana Torres, suscribe la cifra de Juana Martín y afirma que las pérdidas durante el 2020 han ascendido hasta el 90% en la facturación anual, una situación insólita en sus cuatro décadas de historia. En su caso, han apostado por cerrar temporalmente su espacio en la calle Gondomar para seguir ofreciendo una atención exclusiva en su atelier de Las Quemadas, pero, por ahora, la reducción de costes no ha servido para frenar el golpe, aunque insiste en que no pierden la esperanza. Durante este duro periodo, su apuesta ha sido diversificar el producto, reducir los precios, trabajar en una sorprendente nueva colección y adaptarse con la creación de mascarillas personalizadas.

Por último, Mar Reyes, directora y diseñadora de Barey, una marca joven que nació en noviembre del 2017, cuenta que el 2020 ha sido un año lleno de «miedos e incertidumbres» por ser un proyecto «en el que había varias familias implicadas». Para la firma, el 2020 se presentaba como el mejor año de su trayectoria y ante el golpe de primera hora, llegó el momento de tomar decisiones para afrontar la situación. La primera -a pesar de que explica que en marzo las clientas seguían comprando-, anular varios lanzamientos. «Decidimos agotar el estoc que teníamos y lanzar nuestra colección primavera/verano a principios de junio, un poco tarde en el calendario de la moda». Tras un verano donde volvieron a coger algo de fuerza, decidieron establecer su sede principal de nuevo en Córdoba, lugar donde nació la marca, con vistas a que la situación se alargaría, que llegaría la segunda ola y que «habría que empezar a reducir los costes».

Para Barey, las redes sociales han desempeñado un papel fundamental en el mantenimiento de su actividad durante esta pandemia, pues, cerciora Reyes, «día que no subes una historia a Instagram, día que puedes incluso no vender». Además, la marca se ha caracterizado por saber readaptar sus modelos al día a día, siendo, incluso, su última colección ideada para combinar sus prendas de vestir con otras más casuales.