Uno de los atractivos principales para el turismo nacional y extranjero es la oferta de ocio nocturno de la ciudad, y Córdoba ha descubierto, casi al unísono, tres: El alma de Córdoba, Luz y sonido en el Alcázar y Pasión y duende del caballo andaluz. Y entre ellos destaca la capacidad de atracción del caballo en temporada baja y en días y meses en los que el turismo se encuentra prácticamente desaparecido.

El turismo ecuestre es uno de los focos principales en importantes ciudades europeas, como Viena, por ejemplo, y lo está siendo en Córdoba. Prueba del interés que despierta en visitantes nacionales y extranjeros es la fidelidad por acudir a Caballerizas Reales a presenciar el espectáculo de Córdoba Ecuestre en un día como un miércoles de febrero y reunir en el picadero cubierto cerca de 150 personas, pendientes de los gráciles movimientos de la alta escuela clásica y del dinamismo y colorido de la doma vaquera, la música y el baile flamencos.

La capacidad de Pasión y duende del caballo andaluz, contrastado el espectáculo a nivel internacional en las más importantes ciudades europeas, se comprueba con el número de asistentes a los otros dos eventos. Mientras El alma de Córdoba, la visita nocturna a la Mezquita-Catedral, contó el año pasado con 31.704 personas, durante los aproximadamente 230 días que tuvieron lugar, el espectáculo de Córdoba Ecuestre tuvo en la misma fecha, y con prácticamente los mismos días los 60.548 espectadores, casi el doble de los asistentes al monumento más representativo de la ciudad, cifras que no se pueden comparar con el espectáculo del Alcázar, pues estas no han sido facilitadas por el Imtur, a pesar de que se han solicitado reiteradamente. Así mismo, mientras que las visitas nocturnas a la Mezquita-Catedral el pasado año fueron muy parecidas a las del 2017 (unas 30.000), el espectáculo ecuestre registró un aumento de más de un 6% de espectadores con respecto al año anterior (en el 2017 fueron 56.428 los espectadores que presenciaron la función ecuestre cordobesa). Córdoba Ecuestre, tras el reconocimiento internacional de Pasión y duende, ha ampliado su oferta a representaciones privadas a nivel nacional y fuera de España. Precisamente, el mes pasado ofrecieron cinco, destacando la solicitada por Atresmedia para diversas personalidades nacionales pertenecientes a una compañía de bebidas premium, y desplazadas exclusivamente desde Madrid, o el pase privado a diez personas procedentes de Emiratos Árabes, Malasia y Hong Kong.

De esta manera llama la atención que Pasión y duende del caballo andaluz, tras el progreso que ha tenido en los últimos años en la ejecución de la equitación clásica y el cuidado de los números propios de la tierra, basados en la doma vaquera y potenciado con el flamenco, se haya convertido en el principal atractivo de la oferta nocturna de ocio de Córdoba, y, pese al desconocimiento que aún existe de la representación en la ciudad, con capacidad de reunir en el regio edificio un miércoles de febrero a un importante número de visitantes que obraron el milagro de pernoctar en Córdoba, una ciudad de paso.

¿Duermen o no?

Parece que la Córdoba nocturna entra más en el terreno de las tinieblas y lo desconocido que en el de una industria vertebrada con una oferta que, aún con sus limitaciones actuales, recibe unos 300 visitantes de media en la noche, algo que parece inexistente. Pero, ¿dónde pernoctan más de 100 personas que asisten a la visita nocturna a la Mezquita-Catedral, o el centenar largo que acude a Caballerizas Reales, a los que se suman los asistentes al espectáculo de agua, luz y sonido del Alcázar de los Reyes Cristianos?

Para el presidente de Hostecor, Francisco de la Torre, no se ha notado el aumento de las pernoctaciones desde que se pusieron en marcha las tres actividades nocturnas principales, El alma de Córdoba, Pasión y duende del caballo andaluz y Luz y sonido en el Alcázar. Y eso que tanto la Mezquita-Catedral y Caballerizas Reales comenzaron en el 2010 con sus actividades de manera permanente, sumándose el Alcázar el año siguiente a esta oferta. Lo que sí pide el presidente de los empresarios de la hostelería es que se promocionen más estas actividades fuera de Córdoba. Para De la Torre son esta falta de promoción y el desconocimiento de la oferta en el exterior son los motivos de la inexistente incidencia en la ocupación hotelera, puntualizando que la «Córdoba nocturna está limitada».

La explicación que el representantes de los hosteleros da a la presencia de unas 300 personas en un mismo día en los espectáculos nocturnos reside en que los visitantes, una vez que se informan a través de las guías de la ciudad de estas actividades, pueden asistir a ellas. De la Torre puntualiza que el espectáculo del Alcázar debería tener más horarios «y no ser tan encorsetados».

Tampoco arroja luz a la noche cordobesa el presidente de Aehcor (Asociación de Empresarios de Hospedaje de Córdoba y Provincia), Alejandro Navarro. Para Navarro, «estas acciones son imprescindibles para fomentar una segunda noche en la ciudad». Navarro desconoce si estos tres atractivos turísticos nocturnos tienen alguna incidencia, pero las pernoctaciones «serían más bajas si no estuvieran». Señala que son acciones que necesita la ciudad y pide que se amplíe la oferta nocturna con Medina Azahara y la Sinagoga, incluso apunta la posibilidad, después de realizar un estudio exhaustivo, de una visita nocturna a los patios.

Sea como fuere, 300 personas, la mayoría de ellas foráneas, que acuden en una noche a espectáculos que suelen finalizar después de las nueve, deben pasar la noche en algún lugar de la ciudad. Visitantes, hay, pero dónde pernoctan parece que pertenece a los misterios de la Córdoba nocturna.