El rocódromo Monkey Rock, ubicado en Arroyo del Moro, es una escuela pionera en escalada en la capital cordobesa. Los técnicos imparten formación a adultos --de 18 a 50 años-- y niños --de 3 a 15 años-- principalmente, a través de su pared elevada, un espacio deportivo que sirve para que futuros alpinistas puedan iniciarse en la escalada y mantener cierta constancia en su día a día. Al estar instalado el muro en un centro deportivo, las condiciones meteorológicas no son un hándicap para el desarrollo de esta actividad. «El rocódromo es estupendo para que los escaladores comiencen a entrenarse antes de decidirse por la alta montaña», asegura José Espona, un montañero con una trayectoria dilatada en la escalada, quien afirma que el entrenamiento en el rocódromo «se puede complementar» con la escalada en roca, aquella en la que el fin del alpinista es «llegar a la cima», y en la que prevalece «la fortaleza mental y física», resalta.

La escalada ha evolucionado a lo largo de los últimos 50 años, «ahora se puede hacer movimientos más complejos porque se han mejorado la técnica y los materiales», destaca Espona, quien subraya que «incluso han surgido nuevas modalidades, como el bulder o la escalada deportiva». Monkey Rock da a conocer a los cordobeses las últimas tendencias de la escalada. El bloque, una modalidad de poca altura, consiste en escalar bloques de roca o pequeñas paredes. En cambio, la escalada deportiva, con una distancia de 10 a 500 metros de altura, es una modalidad «más arriesgada y explosiva», afirma el alpinista Ricardo Guerrero, ya que consiste en «la superación de uno mismo», y necesita de las cuerdas para evitar riesgos .H