«Cuando alguien entra en una relación de malos tratos es como si entrara en una secta, no creemos que nos asesine a nosotros, nos dice que nos quiere, aunque una cosa es lo que dice y otra, su comportamiento», explica Antonio Agraz, presidente de la delegación cordobesa del Colegio de Psicología de Andalucía Occidental, preguntado por la situación de aquellas mujeres que, aún conociendo los antecedentes, deciden ser pareja de un maltratador.

Agraz comentó que cuando se llega al extremo del asesinato, «normalmente, había maltrato antes» y acerca del papel que la familia puede jugar en estos casos, también recordó que, en líneas generales, «el agresor te aísla de tu entorno para poder hacer contigo lo que quiera».

En cuanto a la posibilidad de reinserción de estas personas, detalló que «un hombre maltratador para no serlo tendría que deconstruirse como hombre». Así, puntualizó que «es muy difícil que se reinserte, porque su concepción de ser hombre es tener al lado una mujer sumisa, por lo que tendría que construir una forma diferente de ser hombre en sociedad».

Mostrando una opinión personal, Antonio Agraz aludió a los mensajes planteados desde algunos partidos políticos para alertar de que «se está dando el mensaje de que no existe la violencia de género y de que las leyes no son válidas», lo que motiva «que el individuo se envalentone». De este modo, entiende que «hay que tener mucho cuidado con estos mensajes y esta disposición de la sociedad a no entender que por donde íbamos era lo correcto».