La enfermedad ocular de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) afecta de forma irreversible a la visión central de la retina de un 10 por ciento de personas mayores de 60 años en todo el país, según las estimaciones de los oftalmólogos. Para el tratamiento de esta patología en su vertiente más agresiva (la forma húmeda o exudativa), la tradicional técnica del láser ha sido potenciada cuatro años atrás con la incorporación de la novedosa terapia fotodinámica con verteporfina, un tratamiento bastante caro (la ampolla de este medicamento cuesta alrededor de 1.320 euros) pero cubierto por la Seguridad Social. Juan Laborda pertenece desde 1987 al equipo de 10 especialistas de la prestigiosa Clínica Oftalmológica de Córdoba, un centro que forma parte del conjunto de escasas entidades en nuestra comunidad (cuatro o cinco privadas en toda Andalucía, además de algunos centros públicos del SAS como el hospital Reina Sofía) que utiliza esta técnica de freno a la progresión de la enfermedad.

¿Qué peculiaridad presenta la DMAE en relación a otras patologías de la visión más conocidas, como la miopía?

-- La DMAE, antes llamada Degeneración Macular Senil, consiste en un deterioro en el centro de la retina (una zona llamada mácula) que afecta a la visión central que empleamos en actividades que requieren precisión en la vista, como leer o ver la televisión o conducir. Como su nombre indica, esta degeneración está asociada a la edad y produce un pérdida irreparable en forma de mancha oscura en el centro del campo de visión, aunque no influye en la periférica.

¿Cuántos tipos de degeneración macular existen?

-- Hay dos clases de deterioro clasificadas dentro de esta enfermedad. Una de ellas es la conocida como forma seca o atrófica, menos agresiva y más lenta o progresiva pero sin tratamiento, que se produce por un envejecimieto de las capas de la retina cuando ésta no recibe nutrientes ni oxígeno correctamente. Esto se debe a la detección de anomalías en la denominada membrana de Bruch , que conecta a la retina con la estructura en la que ésta descansa, la coroides , una capa localizada en la parte posterior del ojo. El otro tipo de DMAE es la forma húmeda o exudativa, originada por el crecimiento de unas membranas vasculares debajo de la retina, como respuesta a la falta de oxígeno y nutrientes. Los vasos sanguíneos que se contienen en estas membranas anormales las destruyen provocando hemorragias, que dan lugar a unos edemas de líquidos llamados drusas , y que producen la pérdida de la visión en la mácula. Esta última modalidad es la más agresiva y la que tratamos con láser.

Recientemente ha aparecido en televisión una campaña relativa a la lucha contra esta enfermedad. ¿Realmente afecta a tanta gente?

-- Afortunadamente, cada vez vivimos más tiempo, lo que posibilita también que las enfermedades asociadas a la edad sean cada vez más frecuentes. Se calcula que en España, según datos estimativos, un 10 por ciento de los mayores de 60 años sufre este deterioro en la parte central de la retina, que se convierte así en la mayor causa de ceguera funcional (no total) del mundo occidental. En mayores de 80 años, las tasas podrían llegar al 30 o 40 por ciento de afectados, si bien aparece cada vez con más frecuencia en jóvenes porque, aunque la enfermedad va ligada al envejecimiento, se potencia con una serie de factores de riesgo.

¿Se puede prevenir esta aparición?

-- Sí. Los factores de riesgo, como el tabaco, la hipertensión, la obesidad, el exceso de colesterol o la sobrexposición a la luz son perfectamente controlables, a excepción del factor hereditario. Nosotros recomendamos como medidas de prevención y de control el uso de gafas de sol, no fumar, cuidar el colesterol y la tensión y, a partir de una cierta edad (desde los 40 años), hacerse revisiones anuales.

Hablemos de los tratamientos. ¿En qué consiste la terapia fotodinámica con verteporfina?

-- Utilizamos desde hace tres años una medicación fotosensible llamada verteporfina, que se inyecta en la sangre durante diez minutos y que tiene la peculiaridad de que se fija selectivamente en las lesiones de la retina. Una vez administrada la verteporfina, se proyecta el láser para activarla, buscando que la medicación seque la membrana causante de la degeneración en su vertiente exudativa. Este tratamiento, que se aplica con una media de dos o tres sesiones por paciente, no cura la enfermedad, pero tiene una alta eficacia para frenar el deterioro producido, sobre todo si éste se diagnostica y trata cuanto antes. En cambio, para la versión seca de la patología, lo único que podemos hacer es recomendar la toma de complejos vitamínicos antioxidantes como tratamiento preventivo, al no existir líquido que secar o quemar con láser.

¿Qué antecedentes tiene esta técnica?

-- Antes de la veteporfina, se aplicaba simplemente la fotocoagulación, que consistía en proyectar directamente el láser sobre la membrana para quemarla térmicamente. Pero esto se podía hacer siempre que los edemas no estuvieran justamente en el centro de la retina, por el riesgo de quemar la propia mácula, lo que reducía el uso del tratamiento sólo a casos muy limitados.

En fin, ¿cuáles cree que serán las técnicas del futuro en la lucha contra la DMAE?

-- Cada vez se van haciendo más cosas en este sentido. Hace unos años, era impensable que pudiéramos disponer del tratamiento con la verteporfina. Los avances en el tratamiento de la Degeneración Macular Asociada a la Edad van fundamentalmente unidos a las investigaciones en torno a los transplantes de células madre. La posibilidad de implantar células sanas en el área de la retina deteriorada, incluso procedentes de otras zonas de la misma persona afectada por la DMAE, representa quizá el futuro más eficaz en las técnicas terapéuticas contra esta patología ocular. Sin embargo, ese porvenir es, hoy por hoy, cosa de ciencia ficción. Ahora mismo, lo que único que podemos hacer es contribuir a prevenir y a detener la degeneración, así como a evitar el deterioro de la mácula, pero no conseguir curarla ni obtener buenas visiones o magníficos resultados funcionales.