«No altera especialmente la vida de la prisión, tendrá que someterse al régimen general de actividad del centro», explicaron ayer fuentes de la cárcel de Córdoba, consultadas por los efectos que la llegada del empresario Rafael Gómez puede tener en estas instalaciones. Desde el lunes pasado, Sandokán cumple una condena de cinco años y tres meses de prisión por dos delitos de fraude contra la Hacienda pública y en esta etapa de privación de libertad estará acompañado por el millar de presos (1.371 según datos facilitados por Instituciones Penitenciarias el pasado septiembre) que habitan en la cárcel de Alcolea. Dentro de este grupo, el también exconcejal de Unión Cordobesa en el Ayuntamiento de Córdoba «es un interno más», según aseguraron.

Gómez se encontraba ayer en el módulo de enfermería y las mismas fuentes recordaron que, como cualquier otro interno, el primer profesional que lo atiende a su llegada a la cárcel es el médico, para valorar su estado. Además, es necesario que un equipo técnico formado por un educador, un trabajador social, un jurista y un psicólogo lo evaluen, para que sea clasificado y se determine en qué módulo ingresará después de pasar por enfermería, un proceso que puede tardar dos o tres días.

El objetivo es encontrar el espacio que más se adapta a su perfil personal, por lo que «lo enviarán posiblemente al módulo uno, que es de respeto», comentaron estas fuentes. Así, evitaría convivir con reos más agresivos o que han cometido delitos más graves, como aquellos en los que ha habido sangre.

Las mismas voces detallaron que la prisión ubicada en el barrio de Alcolea cuenta con 14 unidades, así como las zonas destinadas a enfermería, aislamiento e ingreso. El perfil delictivo y de conflictividad de los internos que viven en ellas es más elevado cuanto más alto es el número.

Esta cárcel tiene seis o siete módulos de los clasificados como de respeto por Instituciones Penitenciarias, aunque estas fuentes puntualizaron que «respeto hay en todos, pero lo pusieron así para diferenciarlos, porque son los menos problemáticos». Gómez podría ingresar en alguno de ellos tanto por su edad, ya que tiene 73 años, como por sus características. En cuanto a lo que encontrará en estos espacios, se trata de módulos más tranquilos, donde los internos pueden participar más en las decisiones de la vida de los mismos. Asimismo, el régimen de disciplina es algo más relajado, porque se entiende que los presos no presentan problemas para asumir las normas.

Hay que recordar que el empresario podría comenzar a disfrutar de permisos para salir del centro penitenciario una vez que haya cumplido un cuarto del tiempo de su condena. Por otra parte, sus familiares podrán acudir a la cárcel a visitarle cada quince días en una primera etapa y después podrán verle semanalmente.