Los principales autores de robo de electricidad no son las familias sino las grandes empresas. Endesa detectó entre el 1 de enero y el 15 de octubre de este año un total de 897 enganches ilegales en Córdoba, lo que supone una media diaria de 3,1 enganches, que permitieron escamotear de forma fraudulenta más de 16 millones de kilovatios/hora, cantidad equivalente a «lo que consume la ciudad de Córdoba durante casi una semana». El mayor número de enganches está relacionado directamente con la densidad de población. Por este motivo, «Córdoba capital y las poblaciones de mayor tamaño son las que más defraudan energía».

¿Cuál es el perfil de los defraudadores? El 80% de esa electricidad fue estafada por grandes empresas, según ha informado José Antonio Franco, responsable de fraude en Andalucía de Endesa, la única distribuidora en esta comunidad autónoma. Este dato se viene repitiendo en toda España en los últimos años, en los que la estafa eléctrica no ha dejado de crecer, pero nunca vinculada, pese a la crisis económica, a la pobreza energética o al consumo de particulares, que representan el 1% del total de energía estafada. «La gran mayoría del fraude eléctrico lo comenten grandes y medianas empresas por lo que no hay que relacionar la pobreza energética con esta práctica», explica Franco. Convendría saber qué empresas son las que defraudan ya que, según el servicio de Consumo Responde de la Junta de Andalucía, el fraude eléctrico no solo representa un problema de seguridad sino de «competencia desleal entre empresas, ya que la que comete fraude puede abaratar sus productos y servicios frente al resto de empresas que no lo comete». En última instancia, el impacto del fraude eléctrico repercute en la factura de los consumidores que sí la abonan correctamente.

Pero, ¿es más rentable para esas empresas pagar la multa que pagar la factura? Endesa «no entra a valorar el motivo de las conexiones ilegales», pero admite que «al final todos acabamos pagando las consecuencias». Cabe recordar que el fraude eléctrico se considera un delito menor cuya sanción económica se estima «a partir del cálculo de 6 horas diarias de consumo durante un año». Cabe suponer, por tanto, que para las empresas que consuman energía eléctrica más de 6 horas diarias la sanción les resultará más barata que la factura.

La producción de droga, en concreto las grandes plantaciones de marihuana, representan el segundo gran estafador eléctrico en este momento. «El informe de 2017 de la Fiscalía Superior de Andalucía refleja el incremento exponencial de estas plantaciones», explica el responsable de Endesa, que asegura además que son «las causantes de los mayores daños en las redes de distribución, ya que estas se encuentran dimensionadas para un volumen determinado de energía y, al verse superado hasta diez veces por los equipamientos para el cultivo, provocan cortes de suministro y daños en la infraestructura, lo que genera molestias para el resto de consumidores y peligro para ellos». Además, una plantación de marihuana «consume como un bloque de diez pisos», afirma.

INSPECCIONES// Endesa, que no ha aportado datos sobre el número de inspecciones realizadas en lo que va de año, afirma que se han incrementado y recuerda que «las inspecciones se realizan de oficio por los operarios en el desarrollo de su trabajo, a raíz de una denuncia ciudadana o por datos anómalos en los registros gracias a la aplicación del big data».