Antonio Ruiz fue investido el viernes por segunda vez presidente de la Diputación de Córdoba, donde el PSOE gobernará tras reeditar su pacto con IU. El secretario general de los socialistas aspira a facilitarle la vida a los alcaldes, sea cual sea su color político, y a mejorar la vida, sobre todo, de los municipios de menos de 20.000 habitantes. Desde un punto de vista orgánico niega la crisis interna del PSOE cordobés y resta importancia al enfrentamiento con Isabel Ambrosio. Son cosas de partido, sintetiza.

-Este es su segundo mandato, ¿cuál es el principal reto que afronta la institución?

-En el anterior nos marcamos un reto muy claro: que la Diputación volviera a ser la gran aliada de los municipios, sobre todo de los más pequeños. Por eso, todos los recursos económicos, esfuerzos, iniciativas y áreas atendieron las necesidades de esos municipios. Ahora nos marcamos esa senda de atención principal a los ayuntamientos, ya que respondiendo a sus necesidades respondemos a las necesidades de los cordobeses. El gran reto es que la Diputación siga siendo la casa de todos los ayuntamientos y donde los alcaldes, sean del color político que sean, tengan respuesta rápida a sus necesidades.

-Ha enfatizado estos días que «ahora sí» todos son conscientes de la importancia de la Diputación. ¿Por qué?

-Al principio del mandato, en 2015, hubo grupos políticos que no estaban de acuerdo con su existencia, pero han tenido la experiencia durante estos cuatro años de conocerla de primera mano y de convencerse de la necesidad de la misma. Sin las diputaciones sería imposible el desarrollo vertebrado y cohesionado de la provincia. Sería imposible prestar servicios públicos de calidad en un ayuntamiento como el de Fuente la Lancha sin la existencia de las diputaciones. Se han convencido durante estos cuatros años y espero que esta nueva Corporación, que tiene mucha renovación de diputados, también tenga la oportunidad de conocer el gran trabajo que realizan estas administraciones.

-PSOE e IU han firmado un pacto de estabilidad, con un nuevo reparto de competencias, donde ustedes controlarán el dinero y las obras, e IU, la parte más social. ¿Qué han querido mejorar respecto a la etapa anterior?

-Ha sido dentro de lo que se negocia en un acuerdo. IU ha tomado el área de Bienestar Social, aunque nosotros mantenemos la delegación de Bienestar Social, y es un sitio donde pondremos nuestro foco de atención en las políticas sociales. Cuando hablamos de desarrollo vertebrado no sólo lo hacemos desde el punto de vista territorial, sino también social, para que no haya familias que se queden atrás. IU toma Empleo y Bienestar, que son las dos únicas novedades, lo demás es igual. Nosotros mantenemos Desarrollo Económico, Turismo y tomamos Cultura.

-¿Ha tenido algo que ver la exposición ‘Maculadas’ para que hayan reclamado Cultura?

-No, es un área en la que teníamos también interés. Queríamos llevar la cultura con un prisma más abierto.

-¿Más abierto que ‘Maculadas’? Pues se va a liar.

-Me refería a más abierto a toda la provincia.

-Apuestan por un plan contra la despoblación e invertirán en los pueblos de menos de 20.000 habitantes. ¿Qué líneas generales tendrá ese proyecto?

-Es uno de los grandes retos. Soy absolutamente consciente de que no es una responsabilidad de la administración local, escapa a nuestro ámbito, pero podemos poner nuestro granito de arena en coordinación con la administración autonómica y central para que este tema esté en la agenda europea. Es fundamental que la UE destine ayudas, igual que lo hace en otras zonas de Europa. En el caso de Andalucía es solo una tendencia. Despeñaperros para arriba, un problema gravísimo, pero hay que atajarlo ya.

-Entra Vox y crean una delegación de Memoria Histórica, ¿coincidencia o necesidad?

-Es una necesidad. Desde la Diputación ya se venía actuando con las asociaciones memorialistas, pero, al haberse puesto en cuestión ese trabajo, hemos querido darle relevancia desde el punto de vista de la justicia, la restitución y de las familias que tienen a sus familiares en cunetas o fosas para que tengan un lugar digno donde recordarlos. Para eso creamos la delegación.

-La Junta avaló el jueves la reposición de los nombres de Cruz Conde, Vallellano y Cañero en Córdoba. ¿Qué opina?

-Me parece tramposo por parte de la Junta de Andalucía, puesto que hay una ley de Memoria Histórica muy clara. Entiendo esa decisión más como una presión por parte de otros, o por contentar a los grupos políticos que mantienen al gobierno de la Junta. También por ideología propia, porque seguro que están de acuerdo con que los nombres de antiguos dirigentes franquistas sigan en nuestro callejero. Lo primero que tiene que hacer cualquier institución es respetar la ley.

-Hay dos conflictos abiertos con bomberos, el judicial, por las oposiciones, y el laboral, con la promoción a C1. ¿Cómo cree que acabarán estos procesos?

-En cuanto al judicial, siempre he expresado mi respeto absoluto hacia la justicia, pero también mi confianza en que todo quedará aclarado sin ningún tipo de problema. En cuanto al proceso del cambio de C1, al final llegamos a la evidencia de que lo que podemos hacer, y haremos, es un proceso de promoción interna para que gran parte de la plantilla tenga esta oportunidad.

-¿Va a echar de menos al portavoz del PP, Andrés Lorite?

-Seguro que sí porque es una persona que se hace notar. En cualquier caso, ya le deseé lo mejor en su nueva andadura política en el último pleno.

-¿Va, ahora que la Junta no es del PSOE, a presionar para la implantación del plan de depuradoras?

-Siempre hemos sido reivindicativos; es una necesidad de los municipios y porque necesitamos cumplir con el medio ambiente. Es un tema al que queremos darle un empujón.

-Finalmente el Centro de Exposiciones no lo hará Tragsa, y deben firmar un nuevo acuerdo con el Ayuntamiento. ¿Pondrán pegas?

-No. Siempre hemos respetado la autonomía local de los municipios y en el caso de Córdoba siempre hemos intentado hacer lo que nos han pedido. Ahora le daremos esa prórroga de dos años para la ejecución, y ellos decidirán, lógicamente, cómo y de qué manera lo ejecutan.

-Tras el 26-M, el pacto PSOE-IU se ha podido reeditar en la Diputación, pero no así en el Ayuntamiento, ¿cuál es su lectura?

-Los resultados en Córdoba capital han sido buenos, en cuanto que hemos subido en votos, pero no han sido suficientes para mantener el gobierno. Nos toca estar en la oposición y haremos una oposición útil y constructiva. En los cuatro años anteriores se hizo un trabajo serio, sobre todo de modelo de ciudad más abierta, participativa y solidaria. Ahora seguiremos desde la oposición trabajando y defendiendo ese modelo. En la provincia, los resultados nos han permitido seguir gobernando como fuerza mayoritaria con 11 diputados y reeditar ese pacto con IU, que sobre todo aporta estabilidad. Hoy en día la gobernabilidad es un factor a tener muy en cuenta. Tener estabilidad para gestionar tu programa es importante y no muy común.

-¿Se siente cómodo trabajando con IU?

-Sí, aunque lógicamente tenemos nuestras diferencias y matices, pero la clave ha sido centrarnos en el acuerdo que habíamos firmado y respetarnos en nuestras diferencias, que se evidencian en las mociones. No hay que ser siempre unánime, ni siquiera en un pacto de gobierno, donde sí hay que serlo es en el trabajo del desarrollo de la provincia.

-Es de nuevo presidente de la Diputación, tras recibir un apoyo en el comité del PSOE del 66% frente a un 34% de votos en contra. ¿Cómo interpreta el resultado?

-Muy positivamente. Era la primera vez que se votaba en el comité provincial en secreto la presidencia de la Diputación y son momentos en los que lógicamente todas las agrupaciones tienen sus aspiraciones a diputados, con esas condiciones el respaldo fue muy importante. Yo estoy satisfecho y orgulloso.

-La contestación ocurrió pese al pacto de Ferraz con el PSOE-A. Hubo dos frentes de enfados: de los pueblos que se sintieron discriminados y el de la capital. ¿Se han apaciguado esos frentes o le esperarán en el congreso provincial?

-Siempre ocurre así cuando hay que conformar equipos. Entra dentro de la normalidad y no tiene mayor recorrido.

-¿Cree que será duradero el pacto al que ha llegado el PSOE-A con Ferraz para las investiduras de las diputaciones andaluzas?

-Estoy convencido de que lo es. Hay ya una normalidad a la que este partido está acostumbrado. En un congreso puedes defender una opción u otra distinta, pero, una vez que se elige al secretario general, es el secretario general de todos.

-¿Le hubiera gustado que Isabel Ambrosio fuese diputada?

-Me hubiese gustado que Isabel Ambrosio fuese alcaldesa. Me habría encantado, por el trabajo que se ha hecho y por lo importante que era para esta ciudad seguir adelante con ese proyecto progresista. Ahora desde la oposición es importante que sigamos defendiéndolo.

-Se especuló con que Ambrosio fuera vicepresidenta e incluso presidenta de la Diputación. ¿Hubo una propuesta formal o nunca estuvo encima de la mesa?

-Entiendo que, repito dentro de la importancia que tiene el Ayuntamiento de Córdoba, esa era la función que teníamos que primar y salvaguardar. No hubo. Es un proceso en el que no hay propuestas. Los medios sí sacáis a la palestra todo tipo de posibilidades, pero en este caso no fue así.

-¿Será Isabel Ambrosio portavoz del PSOE en Capitulares?

-Sí.

-¿Eso también lo decide la Ejecutiva del PSOE?

-Sí y será el lunes. Lógicamente, será nuestra portavoz en el Ayuntamiento de Córdoba.

-¿Está habiendo un ajuste de cuentas en el PSOE?

-Esto es un partido político en el que hay procesos y se conforman equipos...

-Y se cabrea la gente.

-Lógicamente, todos tienen sus expectativas en este partido y en cualquiera. Cuando se cubren bien, y cuando no, siempre hay alternativas y sobre todo mucho trabajo que realizar en el PSOE de cara al beneficio de toda la sociedad. Palabras como ajuste de cuentas y expresiones de esas me suenan a otro tipo de organizaciones, desde luego, aquí no.

-¿Han cicatrizado las heridas por la elaboración de las listas municipales de la capital?

-Soy muy respetuoso con la normativa de la que nos dotamos en los congresos. El proceso fue ajustado a lo que marcan nuestros estatutos. Desde la Ejecutiva propusimos una lista y luego el comité federal, dentro de sus competencias, aprobó otra. Yo al día siguiente dije que esa era mi lista. Con lo cual no entiendo que en el PSOE haya habido ni siquiera heridas que cicatrizar.

-Va a servir la memoria histórica del PSOE para resolver esta crisis, lo digo, porque tenemos un ejemplo reciente donde un equipo municipal del PSOE, el encabezado por Rafael Blanco, estuvo totalmente desautorizado por la sede. ¿Cree que vamos a repetir esa situación?

-Estoy completamente seguro de que no va a pasar. Existe una coordinación plena y absoluta entre el partido y las distintas administraciones, ayuntamientos y el Gobierno central. Eso es clave para conseguir gobiernos, que es lo que nos interesa para poder cambiar la sociedad.

-¿Entiende usted la decisión de Luis Moreno en Baena?

-No la comparto en absoluto y a su currículum, una dilatada trayectoria con cargos socialistas, le ha añadido un punto que es votar a la derecha y quitar una Alcaldía socialista, en este caso la de su pueblo. Eso es también ya parte indeleble de su currículum político.