En 22 meses de mandato, Pedro García (Córdoba, 1978) ha logrado una proyección mediática en ocasiones superior a la de la propia alcaldesa, aunque la contrapartida haya sido la sobreexposición de su propia imagen pública. El primer teniente de alcalde hace suyo aquello de «ladran, luego cabalgamos», y no deja indiferente a nadie.

-¿Tenemos hoy alguna polémica?

-Creo que no... ¿Por qué?

-Parece que el mandato ha ido de una en otra, ¿tiene esa impresión?

-Conocí a una concejala que decía que hacíamos política a pellizcos. La sensación que tengo es que a pesar de tener un pacto de gobierno de tres partidos, somos tres partidos muy diferentes.

-El PP dice que carecen de proyecto en común.

-Bueno, lo que quiero decir es que es difícil, pero tenemos un acuerdo común de 51 medidas, aunque las formas en cómo creemos que hay que llevarlas a la práctica no coinciden siempre. Por eso digo que tengo la impresión de que son tres proyectos políticos diferentes que se unen para un proyecto de ciudad, que no ha terminado todavía de cuajar. También le digo que hemos hecho muchas cosas pero no las hemos sabido poner en valor: salvar las empresas públicas, dándoles músculo, en servicios sociales o recuperando la participación ciudadana. Lo que es verdad es que la derecha nos está ganando en el discurso al repetir la mentira de que no estamos haciendo nada.

-En muchas de las polémicas ha estado detrás, ¿lleva mucha áreas complicadas o es marca de la casa no pasar desapercibido?

-Hombre, la marca de la casa siempre está ahí. Que llevo áreas complicadas también está claro.

-¿Se siente cómodo en ese rol? -Tengo un problema y es que soy un hombre de partido, que me he tenido que ganar la confianza de un montón de gente que no confiaba en mí. La gran crítica que recibí como candidato la recibí desde la misma izquierda, que intentó vender una imagen mía que no es real. Se ha dicho, por ejemplo, que no he trabajado nunca, algo totalmente incierto porque he trabajado desde que estudiaba. Soy consciente de que tenía difícil lograr un espacio político en esta ciudad. Quizá valga un símil taurino. Cuando El Cordobés tomó la alternativa le dijo a su hermana: «De ésta o te visto de luto o te compro una casa».

-Pero qué me quiere decir con todo esto de los toros.

-Le estoy diciendo que me he tenido que trabajar mucho el espacio político en la ciudad.

-¿Desde cuándo lleva guardaespaldas?

-Desde el principio del mandato, cuando el problema de Cosmos.

-Está ya cerrado ese tema. ¿Ha conseguido lo que quería?

-Se está tramitando. Lo que IU quería es lo que acordaron todos los partidos antes de las elecciones, al firmar un acuerdo para que no se pusiera una incineradora en la fábrica. Lo que ocurre es que a la hora de la verdad hubo partidos que aprovecharon la coyuntura para cambiar lo firmado. Era un compromiso, aunque reconozco que me ha generado contradicciones fuertes, porque es duro pensar que una multinacional puede aprovechar esto para hacer un ERE. En realidad las cosas se han convertido en polémica porque he hecho lo que dije que iba a hacer. En un país normal la polémica debía generarse por lo contrario.

-A dos meses del ecuador del mandato, qué nota le pone al gobierno local.

-Un 7,5 o un 8.

- ¿Y cómo ve a la oposición?

-UCOR ya no tiene recorrido, pese a que Serrano hace lo que puede; Ciudadanos es por momentos un esperpento, y el PP está en la confrontación permanente con un Bellido que no tiene perfil de candidato.

-¿Cómo están las relaciones con el PSOE y con la alcaldesa?

-Las relaciones las tengo con Isabel Ambrosio, no con el aparato del PSOE. Con ella tengo una magnífica relación política y personal, que espero que dure hasta el final.

-¿Se sienten más, igual o menos cómodo con sus socios que al principio de mandato?

-Me he sentido más a gusto con las personas que con los partidos y ha habido de todo.

-¿Con quién se entiende mejor de la Corporación?

-Con la alcaldesa y por supuesto con los tres de mi casa.

-Venga, le dejo, haga balance de lo que ha sacado adelante hasta el momento.

--En Infraestructuras lo estamos haciendo muy bien con Mi barrio es Córdoba.

-Hombre, se perdió un millón de euros de ayudas....

-Bueno eso fue un problema de Gestión, pero la labor de Amparo Pernichi ha sido impecable, además, lo está haciendo muy bien en Medio Ambiente. Rafael del Castillo es un magnífico concejal de Servicios Sociales, humano, que empatiza con los problemas. Y me ha resultado sorprendente el papel de Alba Doblas en Participación Ciudadana y Hacienda, que ha logrado tener aprobados los presupuestos antes que ninguna otra capital andaluza. Respecto a lo mío, Sadeco es un ejemplo de empresa pública y en Urbanismo estoy muy tranquilo porque tenemos muy claro el proyecto urbanístico de ciudad.

-¿Les queda poco tiempo para presentar cosas tangibles a los ciudadanos?

-En lo que queda de mandato habrá muchos proyectos de la GMU, entre ellos la mayor inversión que va a salir en Andalucía a nivel municipal, que es la azucarera de Villarrubia, con 6 millones de euros; va a salir la Ronda del Marrubial, y vamos a empezar el Parque de Levante. Además hemos logrado sacar adelante la Normal de Magisterio. Eso como mínimo, porque hay que sumar los proyectos que haremos con los Edusi. Y hemos hecho una propuesta muy valiente a la Junta de Andalucía para dotar de luz y agua a las parcelaciones que tengan aprobada su junta de compensación. Deseamos que la acepten porque sería algo revolucionario. Y me queda Turismo, que es donde peor lo he pasado porque era donde había que poner orden de verdad.

-¿Sigue pensando que la Semana Santa no es segura?

-Si los técnicos dicen que lo es, no tengo nada que decir, pero de lo que dijeron que iba a ser a lo que nos hemos encontrado... Al final yo llevaba razón. No es posible flujo de personas y palcos, y al final solo podrán pasar por la mayor parte de la carrera oficial los que tenga palco. Ahora sí será más segura.

-¿Decir eso fue una deslealtad con sus socios de gobierno? ¿Una irresponsabilidad? ¿Se ha arrepentido?

-No, porque lo que decía al final se ha modificado, aunque se ha hecho de la manera más negativa: privatizando el espacio público.

-¿A qué esperan para darle un convenio al uso del estadio?

-El estadio no es una cuestión aislada porque le ocurre a más edificios públicos de la ciudad, que están gestionados en precario. Hasta ahora ningún partido político ha querido solucionarlo.

-¿Y cuándo tienen pensado hacerlo ustedes?

-Ya lo deberíamos haber hecho.

-Ha convocado la mesa de veladores el día 5. ¿Cree que volverán todos sus miembros?

-Creo que sí porque es lo mejor para la ciudad y lo más responsable por parte de quienes representan a colectivos.

-¿También el comercio?

-También.

-Le han llamado sátrapa y han pedido a la alcaldesa que le cese... ¿Los ha perdonado o no hay nada que perdonar?

-El perdón no cabe en esta cuestión, lo que hay que hacer es mirar adelante por el bien de la ciudad. Todos los que representan a colectivos tienen que asumir que los intereses generales están por encima de los particulares.

-¿Se ha sentido desautorizado por la alcaldesa en este tema?

-Para nada, aunque me hubiera gustado que hubiera salido antes. Lo he pasado muy mal este tiempo y me he sentido muy solo porque he recibido ataques muy fuertes, que me han desgastado mucho y que otros han utilizado políticamente contra mí. Ha habido sensación en la ciudad de que yo lo estaba haciendo mal en el turismo por cómo han utilizado algunos mediáticamente este conflicto. Ha habido muchos silencios.

-¿De quién?

-De todo el mundo, porque todos sabían qué estaba pasando y el único que hablaba claro era yo.

-¿Y qué interés más allá de lo obvio hay detrás de todo eso?

-No lo sé, pero pasa mucho en esta ciudad que se guarda silencio sobre cosas evidentes porque la gente no quiere pringarse.

-Deme su visión de lo que ha ocurrido con el Turismo.

-Cuando llegamos a Turismo nos encontramos dos cabezas: una, la Delegación de Turismo y la otra, el Consorcio de Turismo. Nieto había entrado en un enfrentamiento con Carreto, y éste le dijo que el consorcio no se disolvía mientras él fuera el presidente de CECO. Y Nieto no fue capaz de disolverlo por no entrar en un conflicto con los poderes fácticos de la ciudad, incluidos Carreto y el presidente del Córdoba. Por cierto que los dos llegaron a humillarlo públicamente, lo que explica la cantidad de prebendas que tuvo el club en la etapa del PP. Volviendo al Turismo, cuando llegamos tomamos la decisión de disolver el Consorcio, algo que nos ha costado mucho sobre todo por las diferencias con el PSOE sobre qué hacer con sus trabajadores. Además, teníamos que poner en marcha el Centro de Recepción de Visitantes y poner en orden el Plan Turístico de Grandes Ciudades --lo peor gestionado que he visto nunca--. A todo esto nace algo llamado Fides, que nadie sabía qué era, aunque decían representar a determinados sectores. El problema surgió porque siempre he tenido una cosa muy clara: que el único interlocutor válido en el mundo empresarial es CECO. El presidente de Fides no aceptó no ser el interlocutor y entró en una guerra sin cuartel contra mí. Ahí se mezclaron la mesa de veladores y todo lo demás.

-El Imtur nace sin consenso, ¿qué futuro le augura?

-Va a tener un futuro largo, más allá de que esté o no el Consejo del Movimiento Ciudadano, o de que sea un juez quien termine decidiéndolo. Es una buena herramienta, 100% pública, que va a servir para dirigir las políticas turísticas de la ciudad.

-Cree que la decisión de Ganemos de no entrar en el gobierno va a tener efectos electorales. ¿Considera que la marca está amortizada?

-El de ahora no se parece en nada al contexto en el que se creó Ganemos. Ahora somos absolutamente conscientes de que para derrotar al bipartidismo tenemos que ir juntos Podemos, IU, Equo y todos los movimientos sociales que sean necesarios. En Córdoba se trabajará para que haya una confluencia similar a la que se ha hecho en otras ciudades y que muchas veces no va a depender solo de la gente de Córdoba.

-Se ha explicado que la marcha de Alberto de los Ríos se debía a los movimientos internos para construir una candidatura de confluencia entre Podemos e IU.

-Alberto es un tipo brillante. Desconozco sus motivos, pero no creo que sea tan sencillo.

-¿Están trabajado ya en ello?

-En España y Andalucía, sí; en Córdoba hemos empezado los contactos, pero muy superficiales.

-¿Estaría dispuesto a encabezar una candidatura de confluencia?

-Tengo claro cuál es mi papel ahorao, soy persona de partido y haré lo que tenga que hacer. No es el momento de hablar de eso.