Rocío Ruiz vino ayer a Córdoba con el tejido asociativo feminista soliviantado. El cambio de criterio en el reparto de ayudas para la lucha contra la violencia de género del Instituto Andaluz de la Mujer --que no la disminución económica de las partidas-- ha puesto en pie a un colectivo, que ve detrás de la decisión la huella inequívoca de Vox. Ella respondió ayer lanzando dos nuevas líneas de ayuda contra la violencia de género. No es la primera vez que esta consejera, bregada en las clases y los claustros, tiene que hacer frente a las críticas o a los efectos colaterales del pacto de gobierno, así que responde contundente que, en este primer año de PP y Cs al frente de la Junta de Andalucía, "los andaluces no habrán podido encontrar ni una sola medida que sea un paso atrás".

-¿En qué ha notado Andalucía el pregonado cambio?

-Los cambios en retrasos históricos o crónicos, como el nivel de pobreza del 38%, el fracaso escolar o las listas de espera, van a ser lentos porque estábamos en una estructura administrativa y una dinámica de 37 años. Pero creo que lo que se ha visto es que hay un grupo de personas entregadas, que quieren trabajar para que esto mejore. Los andaluces habrán podido encontrar ni una sola medida que sea un paso atrás, y que no estemos yendo a toda Andalucía. Tenemos ese compromiso firme y hemos dado una estabilidad y una tranquilidad a Andalucía que no la tienen otras comunidades ni en el Gobierno de España. Es positivo que recuperemos la credibilidad y la confianza de los andaluces. Eso se consigue con personas honestas que pongan todo de su parte.

-Se cumple un año de la investidura de Juanma Moreno, ¿qué ha aprendido en este tiempo?

-Mucho, sobre todo lo que se puede hacer en Andalucía por las personas, y tengo una gran ilusión porque el margen para hacer mejoras es muy grande. También he aprendido mucho de mí, porque no me he rendido en ningún momento, he tenido muchísimos obstáculos, pero sé que con ganas y un gran equipo se puede vencer todo. Creo que lo más importante, si te quieres dedicar a la política con letras mayúsculas, es ser muy honesto contigo mismo, saber pedir perdón cuando te equivocas, buscar soluciones siempre y nunca rendirte. Si no, la política no merece la pena, para tener un cargo, pensar que tienes poder o tener un trabajo, esto no compensa porque el sacrificio es enorme. Tiene que hacer porque haya mucha ilusión y valores elevados. En la política falta mucha ilusión y valores elevados. Si nunca se hubieran abandonado esos valores, no habría la desafección y desprestigio que tanto daño hacen a las instituciones.

-¿La política es a veces un patio de colegio?

-Como cualquier tipo de organización con seres humanos, con todas nuestras miserias. La lucha por el poder y los egos está presente desde una asociación de vecinos a cualquier ámbito. Pero las personas con puestos de responsabilidad tenemos que ser ejemplares. Esos valores se han perdido, aunque puedo decirle, eso sí, que los he encontrado en el Gobierno de Andalucía, donde me admira la dedicación y entrega que tienen los consejeros y el presidente.

-¿Cree que Cs está sabiendo rentabilizar su esfuerzo en el gobierno? El último barómetro dice que no.

-Estamos contagiados por el problema a nivel nacional, que es, evidentemente, una crisis que se analizará en el congreso de marzo. A nosotros nos afecta menos, pero se nota. En cualquier caso, sé que saldremos de ella reforzados.

-¿Cree que hay un Cs después de Albert Rivera?

-Estoy convencida porque el proyecto de Cs es más que una persona. Cuando me metí en Cs lo hice defraudada del bipartidismo, la corrupción y la confrontación. Tenía que haber un proyecto diferente, más moderado y que pusiera sentido común. No se consigue nada con titulares populistas, ni se acaba con los problemas de España dividiendo a España. Me enamoré de Cs por su concepto de la libertad y por su lucha contra la corrupción; porque lucha por el colectivo LGTBI, las mujeres, todas las familias y por la igualdad de los españoles. Le pregunto a los andaluces, si Cs no estuviera en el Gobierno andaluz, ese proyecto de políticas modernas, que son nuestro sello, a lo mejor no estaría tan presentes. Quiero revalorizar todo lo que ha hecho Cs, que creo que ha pasado desapercibido en algunos conceptos. En el Gobierno de Andalucía la marca de Cs está muy clara, y en esta Consejería, clarísima. Al igual que ocurre en la Consejería de Economía, con políticas liberales pero progresistas en lo social, esa combinación es la marca Cs.

-¿Es Inés Arrimadas la mejor sucesora de Rivera?

-De la crisis vamos a salir impulsados y reforzados con la figura de Inés Arrimada, que una líder muy competente y valiosa, que va a llevar esta filosofía a todos los rincones.

-¿Esa visión moderna de la que usted habla es la que ha chocado frontalmente con el socio de gobierno, Vox?

-Evidentemente, yo he chocado desde el primer momento. Son absolutamente opuestas, pero es cierto que en el Parlamento y en las comisiones han tenido siempre un trato muy respetuoso con esta consejera., aunque ha habido debate, ideas contrapuestas y siempre he dicho: no estoy de acuerdo y no me voy a dejar influenciar. En esta consejería no ha habido ninguna influencia de Vox. Ellos no creen en las políticas de género, porque no ven la lacra de la violencia contra las mujeres como tal ni la lucha por la igualdad. Pasa eso, pero el teléfono de información a las mujeres lo hemos cuadriplicado, a pesar de que querían quitarlo. El IAM lo hemos reforzado y aumentado el presupuesto. Las subvenciones se han aumentado. El colectivo LGTBI se ha apoyado y voy a seguir haciendo el campamento trans, que tanto se criticó. Es decir, nosotros tenemos muy claro cuáles son nuestras políticas, pero es que vamos a tener que seguir coexistiendo porque esto es una democracia. No podemos llegar a un nivel absoluto de confrontación y división. Eso no aporta nada a la sociedad. Vox se ha moderado bastante, considero yo, en Andalucía, y hemos llegado a un encuentro en algunas cuestiones como la unidad de España o la regeneración que son positivas, y en otras cuestiones evidentemente, no.

-¿Se han recortado las ayudas a los colectivos de mujeres por la presión de Vox, como sostienen algunos de estos colectivos, la oposición y Vox mismo?

-En absoluto. La prueba es que son 700.000 euros más respecto a 2018, cualquiera que quiera verlo puede hacerlo. Pero estamos hablado de una subvención para las mujeres en riesgo de exclusión, el colectivo más vulnerable. El informe de Intervención nos dejaba solo dos opciones: o sacarlas conforme al informe o no sacarlas, como hicieron en 2015 porque estaban cambiando las bases. Entonces no pasó nada, porque era el PSOE y ahora parece que se va a acabar el mundo. Las bases no se estaban cumpliendo y de haberlo seguido haciendo igual, vamos a la cárcel como Chaves y Griñán. Ahora bien, si las bases no cumplen con las necesidades de las asociaciones vamos a cambiarlas. Hemos venido a cambiar las cosas y a buscar nuevas fórmulas.

-Para entendernos, ¿el sistema que se estaba empleando antes era ilegal?

-Según el informe, sí. Prorrateaban las ayudas, pero las bases, que hizo el PSOE en 2016, no lo permitían. ¿De qué sirven las bases si no se cumplen? Vamos a cambiarlas y vamos a escuchar a las asociaciones, para que nos sirvan a todos con seguridad jurídica. Podemos seguir haciendo las cosas sin cumplir la ley, como con los casos de los ERE o la Faffe, pero eso al final a quién beneficia. Lo mal hecho va a estallar tarde o temprano. Eso de Vox no es cierto. El PSOE hace siempre la política de inventar y de mentiras, pero confrontar y dividir no ayuda a las mujeres.

-¿Hay menos dinero en los presupuestos para luchar contra la violencia de género?

-No, del IAM ha aumentado el presupuesto. De violencia de género vamos a sacar dos nuevas líneas con 650.0000 euros, las 14 líneas que ha había. Además, todas las asociaciones pueden ir a los centros provinciales de la mujer y presentar un proyecto para los que tenemos líneas de colaboración. Estamos recibiendo una por una. También hay que contemplar que hay muchísimas asociaciones, 2.300, a lo mejor hay que buscar fórmulas de federarse para ser más fuertes. Es el momento de abrir el debate para mejorar, aprender de lo ocurrido y hacer unas nuevas bases.

-¿Ve posible entenderse en este tema con el PSOE?

-Lo veo muy difícil porque en el tema de la igualdad, --siempre hablo del pacto de la unión porque en esto tendríamos que estar siempre unidas--, el problema es que el PSOE pensaba que era suyo y que era su bandera y que esta consejería se la está quitando. Políticamente no lo van a admitir. El PSOE no está pensando en las mujeres, ni en acabar con la violencia de género, sino en el rédito político que va a sacar con sus acciones. Tendrían que ser aliados, pero políticamente no les interesa. En el fondo lo saben.

-Usted ha dicho que se siente «dique de contención de Vox», ¿por qué?

-Porque hemos sido el dique porque las políticas de esta consejería han sido muy criticadas.

-También dijo que Cs tiene que ser el dique de contención del sanchismo. Mucho muro veo yo aquí ¿no?

-La palabra es sanchismo. Creo que Cs y otros partidos tenemos que contenerlo, que es muy peligroso.

-¿Qué espera del Gobierno recién formado?

-Nosotros vamos a tener una relación de lealtad institucional, de hecho ya le hemos pedido por carta las reuniones, y tengo que verme con los ministros Iglesias y Montero y espero llegar a acuerdos. Espero que esos titulares populistas de que iban a acabar con la lista de espera de dependencia, o que nos van a dar el 50% de la financiación que nos corresponde se cumplan. Y que cumplan las políticas de igualdad y de la subvención de los menas que nos corresponde. Pero detrás de esos anuncios hace falta un presupuesto. En cualquier caso, se les dará su tiempo para que puedan desarrollar sus medidas, porque ni este gobierno ni esta consejería somos partidarios de rodear parlamentos el primer día de la toma de posesión. A las personas hay que darle un margen. A mí me rodearon el Parlamento, pero en este año no se ha dado ni un paso atrás en las políticas de igualdad ni LGTBI. Hay que luchar desde las instituciones. Rodear parlamentos hace ruido, pero no consigue acciones concretas.

-El Gobierno baraja centralizar la atención primera a los menas. ¿Qué le parecería?

-Para ello tendrían que cambiar tres leyes. Eso es otro titular populista para entretener y desviar la atención. Me preocupa enormemente, porque lo que tengo en Andalucía son 2.300 menores no acompañados a los que no voy a echar a la calle, y voy a atender y cuidar igual. El fiscal general del Estado nos ha dado la razón de que somos puerta de entrada y de que tenemos un gravísimo problema y que hace falta solidaridad interautonómica y un reparto solidario, una política de Estado y Europa. Aquí todo el mundo se dedica a mirar hacia otro lado y a lanzar titulares, pero los 2.300 menores más los que han llegado este año --el mismo día de Navidad llegaron 18 niños-- mientras, qué. Yo sí les pongo cara, he visto a esos niños. Hemos creado un modelo en Andalucía de atención que es pionero y nos gustaría podérselo contar al resto de autonomías. Atención personalizada, de integración socio-laboral, en centros pequeñitos e integrados en los barrios, que no están dando problemas de conflictividad. Cuando se abre al mundo y ves la realidad y pierdes el miedo por ignorancia y desconocimiento total y te olvidas de prejuicios, te das cuenta de que son niños que vienen buscando un sueño y han puesto en riesgo su vida. Han pasado todas las penalidades y aquí les damos una oportunidad que es para todos, porque en España tenemos un problema de envejecimiento y de trabajo. Tenemos que darle otro enfoque a la emigración en un mundo global.

-¿Tuvo ocasión de hablar con Rocío Monasterio?

-No, pero en el Parlamento lo dije muy claro. Es una falta de conocimiento total y son peligrosas ese tipo de declaraciones porque incitan al odio. Ya tenemos bastante odio y violencia como para inventarnos más.

-¿Le han dado ya las universidades evidencia científica de que la brecha salarial entre hombres y mujeres existe?

-Aquello lo sacaron de contexto y se empezó a manipular. Hablé de mi trabajo, diciendo además todo lo contrario, que teníamos que aspirar en la empresa privada a lo que pasa en la función pública, con los docentes, como es mi caso, que tenemos el sueldo base igual todos, hombres y mujeres. En la privada, eso ya no ocurre de partida. Evidentemente la brecha existe a lo largo de la carrera de la mujer: incorporarse más tarde, pedir excelencia en el cuidado de hijos, pedir reducción de jornada, no acceder a los puestos ejecutivos y de poder, no puedes conciliar... A lo largo del tiempo, la brecha es brutal. Lo tengo clarísimo. Lo volveré a explicar las veces que haga falta, aunque creo que al final son más los hechos que las palabras.

-La Junta ha invertido en el último año 114% más en la renta mínima de inserción social que en 2018. Criticó cómo la había gestionado el gobierno anterior. ¿Por qué?

-Te encuentras con muchas cosas, después de 37 años, no eran ni conscientes de lo mal que estaba todo gestionado. El PSOE había abandonado la gestión por la política de titulares y votos. Para la renta mínima sacaron un decreto-ley, deprisa y corriendo, que estaba mal hecho, y encima solo ejecutaron 56 millones de los 198 millones porque no estaban ni los medios técnicos ni los funcionaros estaban formados. Era un tapón. Es una irresponsabilidad muy grande porque va dirigido a las personas que no tienen nada. Por eso, nada más llegar hicimos una evaluación para ampliar en 1.300 los trabajadores sociales, estamos desarrollando los sistemas informáticos y formado a los trabajadores. En 2019 hemos logrado ejecutar 122 millones, fíjate la diferencia. Pero seguimos atascándonos porque la normativa en sí es limitante, por eso haremos los cambios normativos que tengamos que hacer. Para el próximo año o el siguiente vamos a llegar a todas las personas, pero recuerdo que el “ya” en este tipo de procesos no existe. No estamos satisfechos porque no llega a todos, pero el aumento ha sido importante. Me pregunto de qué sirve una ley para ganar votos cuando me encuentro en mi consejería embrollos como este, y me encuentro muchos de verdad. Se hacía todo a golpe de campaña. Pero, ¿para qué? ¿Para llevar a Andalucía a estos niveles de pobreza y colapso?

-¿Con qué se sentirá satisfecha al final de la legislatura?

-Pienso en las personas discapacitadas, necesitamos más medios para atenderlas, y la dependencia, que me preocupa muchísimo. Fue nuestro primer plan de choque y hemos multiplicado por cinco ese presupuesto, de 26 millones en 2018, subimos a 77 y después a 84, y luego otros 40. Y no vamos a poder llegar, porque hace falta el 50% de la subvención del Estado. Espero que por fin sea una política de Estado. Si nos llegara ese dinero y pudiéramos llegar a todos los dependientes... Eso es lo prioritario, junto a la violencia de género. Creo que las personas quieren estar en sus casas, para lo que hay apostar por un modelo en el que lo residencial sea el último recurso y poder llegar antes a ellos. Que las personas vivan con sus seres queridos el máximo tiempo posible. Eso es lo que me gustaría.