La Cátedra de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Córdoba y la organización Justicia Alimentaria inauguraron ayer las 18 Jornadas Universitarias de Cooperación al Desarrollo No Alimentes el Cambio Climático. Las jornadas arrancaron ayer con una ponencia de Isabel Vara Sánchez, investigadora del grupo Cambio Social e Institucional del Instituto de Sociología y Estudios Campesinos (ISEC-UCO). Las jornadas siguen hoy en el campus de Rabanales con la mesa redonda Produce, consume y actúa por el clima (aula B15 del Aulario, de 16.00 a 18.15 horas) y concluirán el día 16 con una visita a la sexta Feria de Consumo Sostenible de la Universidad de Córdoba (10.00 a 13.00 horas), en el Rectorado. Ayer también se presentó un libro sobre los monocultivos que conquistaron al mundo (caña de azúcar, soja y la palma aceitera) y la campaña Carne de cañón. Isabel Vara analizó el sistema agroalimentario global y las consecuencias en el planeta.

-¿Qué ha tratado su ponencia?

-He abordado cuál es el sistema hegemónico de producción de alimentos, de distribución y comercialización de los mismos para entender que el alimento, como base de la vida de todas las especies, en este caso del ser humano, se ha convertido en una mercancía. Esto significa que se le quita al alimento su valor cultural, nutricional y natural para convertirlo en una mercancía. No es algo a proteger, sino algo con lo que lucrarse. Esto afecta a cómo se diseñan los sistemas agrarios y las políticas agrícolas y alimentarias y tiene unas consecuencias medioambientales, sistémicas, sociales, económicas, políticas y culturales. He analizado los efectos que está teniendo el sistema agroalimentario en nuestras vidas y cómo afecta al cambio climático y la otra vertiente, como influye el cambio climático ya existente en el sistema agrolimentario.

<b>-En el caso de Córdoba, ¿qué prácticas del sistema agroalimentario están contribuyendo al cambio climático?

</b>-El cambio climático se basa en aspectos muy globales, no solo en que haga algo más de calor en un sitio concreto. Sin embargo, hay actuaciones que en nuestro municipio y provincia pueden contribuir a la transición de unos sistemas alimentarios más localizados. Las acciones que se proponen para mitigar el cambio climático son prácticas agrarias que van hacia la sustentabilidad y prácticas de consumo de alimentos que ayuden a reducir el cambio climático. Que no vayamos a esos sistemas agroalimentarios globalizados, con esos costes y emisiones de gases de efecto invernadero que tienen, y que generemos sistemas más locales. En Córdoba, por ejemplo, se está trabajando en la iniciativa Alimentando Córdoba, que pretende generar herramientas para la transición hacia esos sistemas agroalimentarios locales, sostenibles y con productos frescos de temporada, en colaboración con el comercio y mercados locales.

-<b>¿Me puede detallar algo más sobre Alimentando Córdoba?</b>

-Es una iniciativa que comprende la capital y la provincia para trabajar con todos los sectores del sistema agroalimentario (agricultores, comerciantes, consumo social, administración pública) para abordar la construcción de un sistema más local y que la ciudadanía empiece a valorar el paisaje agrario de su provincia y que el mismo aporta un valor al alimento. Una forma de conocer dónde poder adquirir esos alimentos, generar precios asequibles y justos. Este proyecto ha generado una red de productores ecológicos, de los que algunos se pueden encontrar en el ecomercado que cada sábado de primer mes se instala en el bulevar del Gran Capitán y puntos de comercio ecológico. Pretende responder a la demanda de productos locales y sostenibles en Córdoba. Alimentando Córdoba tiene una parte de investigación, que está a cargo de la Universidad, y otra de darse a conocer a la ciudadanía y de generar propuestas.

<b>-¿Queda mucho por hacer para cambiar la mentalidad de la población hacia una alimentación más sostenible con el planeta?</b>

-La lucha se viene haciendo desde hace décadas, aunque parece ahora más conocida. Está creciendo la masa crítica porque las universidades y los científicos y científicas hemos trabajado mucho para que la población tome conciencia y lo aplique a sus prácticas diarias. Hay que seguir generando desde el sistema educativo y los medios de comunicación estos debates. Y que las administraciones públicas adopten también políticas valientes.

-<b>¿En qué nivel de concienciación se encuentra Córdoba?</b>

-El sector agroalimentario global se construye desde todos sitios. Si queremos generar otros espacios para reeducarnos eso es lo que tenemos que promover. En esta ciudad hay una cultura agroecológica desde hace más de 15 años, con cooperativas de consumidores que han puesto el sustrato para que surjan otras experiencias. Sería interesante que la ciudadanía apoye estas iniciativas.

<b>-¿De forma individual que se puede hacer por la sostenibilidad?

</b>-Tenemos que tomarnos un momento para conocer qué vamos a comprar. Por ejemplo, saber si el pescado es de arrastre o de fondo, que implica que para pescarlo han sacado toneladas de otras especies vivos que son desechados. En ganadería, saber cómo han sido criados los animales. A lo mejor nos interesa dejar de ir hoy a un restaurante e invertir más en alimentación fresca, de temporada. Hay personas que solo compran envasado o ultracongelado y no conocen ni cómo es el producto fresco realmente. El sistema agroalimentario global nos hace ir a un estante y coger algo envasado. No nos paramos a mirar el coste de lo congelado, ultraprocesado. Hay que hacer un esfuerzo porque no es ir solo a un supermercado, sino ir a buscar un alimento concreto.