Como se indica en los fundamentos del Programa de Empleo Social 2019 del Instituto Provincial de Bienestar Social de la Diputación de Córdoba, «posibilitar tener unos ingresos que permitan acceder a bienes y servicios, actúa como un mecanismo integrador, que nos afianza nuestra identidad social y mejora la red de relaciones sociales y personales». Pero si el acceso al mercado de trabajo es difícil para cualquiera, más aún para aquellas personas que se encuentran en una posición de desventaja por sus particulares características sociolaborales.

La falta de formación y de cualificación profesional, la escasa experiencia laboral en el mercado de trabajo normalizado, la carencia de hábitos laborales, la falta de información sobre el mercado de trabajo y los procesos de búsqueda de empleo o redes sociales escasas o compuestas únicamente por personas con dificultades o problemáticas similares, son algunos de los obstáculos que deben superar estos colectivos, que requieren de una intervención especializada para su integración y normalización social y, por extensión, para su acceso al empleo.

Aprovechar el potencial de la economía social y garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso al mercado laboral son dos de los objetivos del Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social para el periodo 2014-2020 (Poises) que, en colaboración con el Fondo Social Europeo (FSE), financia distintos proyectos de fomento de la empleabilidad en la provincia.

Asociaciones

Son múltiples las asociaciones y entidades que trabajan por la integración laboral de los llamados colectivos en riesgo de exclusión. Cruz Roja es uno de los que lleva más años ayudando a las personas que buscan empleo a encontrarlo. Para ello, la organización cuenta con un plan de empleo que se realiza en colaboración con el Fondo Social Europeo y que incluye distintas actividades y acciones de formación, orientación e intermediación con las empresas.

Aunque la entidad está abierta a cualquier persona en situación de desempleo, se prioriza a las mujeres, así como a los colectivos con más dificultades para encontrar trabajo: jóvenes menores de 30 años sin formación, mayores de 50 y migrantes y refugiados, fundamentalmente.

Este programa de inserción sociolaboral ha contado con la colaboración de más de 60 empresas en estos tres últimos años y un 37% de las personas que han pasado por los itinerarios que ofrece Cruz Roja han conseguido empleo.

Por su parte, Cáritas apuesta por el rescate del valor humano del trabajo, por la promoción de condiciones justas para su desarrollo y por la propuesta de oportunidades para todos, pero muy especialmente para quienes se encuentran en situación de desventaja social. Para ello, el organismo diocesano cuenta con un servicio de empleo que desarrolla diversas acciones (emprendimiento, intermediación, coordinación, trabajo en red, igualdad de oportunidades, etc.), si bien hay dos grandes líneas en las que hace hincapié: acogida y orientación sociolaboral, por un lado, y formación para el empleo, por otro. Las formaciones han sido diversas: taller de costura, conductor de camión, cursos de hostelería (pinche y camarero), obtención del graduado escolar u obtención del certificado de profesionalidad del servicio de ayuda a domicilio.

Cáritas atendió a 353 personas desde el servicio de empleo -28 personas pasaron por los cursos de formación de cocina, camarero y confección, 161 por los talleres de búsqueda de empleo y 156 personas en exclusión han sido contratadas desde los servicios de Cáritas y Solemccor (recogida de papel y cartón, textil,