En la mente de todos están esas imágenes de cientos y cientos de españoles que en los años 60 se vieron obligados a dejar su país en busca de una vida mejor, principalmente en Europa y América. A mediados de los 70, con la entrada en la UE y la bonanza económica que vino después, ese fenómeno se frenó y España se convirtió en un país de oportunidades que empezaba a recibir inmigrantes. Poco hacía presagiar que la última crisis económica, cuyos efectos se empezaron a sentir de manera clara en el año 2008, provocaría que miles de ciudadanos cogieran de nuevo las maletas para salir de un escenario de desesperanza y frustación. En los últimos nueve años, el número de cordobeses residentes en el extranjero ha crecido casi un 35%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, de las 15.078 personas de la provincia que en 2009 tenían fijada su residencia en otro país se ha pasado a las 20.303 que ahora tienen su domicilio fuera de nuestras fronteras. Es un periodo de tiempo en el que el mercado laboral se ha mostrado incapaz de absorber a la población activa y, sobre todo, a aquellos que se han ido incorporando a ese grupo de población en edad de trabajar.

Aunque Córdoba no está entre las provincias andaluzas desde las que emigran más personas a otros países, sí es cierto que la cifra no ha dejado de crecer desde 2011, sumando entre 600 y 800 ciudadanos más cada año. Fue entre 2013 y 2014, con la crisis en su máximo apogeo, cuando más ascendió el número de cordobeses en el extranjero, casi un 5%, acumulando porcentajes parecidos en el resto de años, todos ellos entre un 3% y un 4%.

El mayor número de personas de la provincia que residen en otros países están afincadas en Europa, donde se localiza el 76% del total, destacando países como Francia, Alemania, Bélgica y Reino Unido. Junto a Europa, el otro continente con más cordobeses es América, que acoge a 2.096 personas, destacando Estados Unidos, Argentina y Brasil como principales destinos. Asimismo, 395 viven en Oceanía, con Australia como principal estado de acogida (386), 206 están en Asia y 99 en África. Por municipios, es lógico que la capital sea la localidad que más cordobeses aporta a la lista de la emigración, con más de 9.000 personas, seguida de Peñarroya-Pueblonuevo, Cabra, Lucena, Puente Genil, Belmez y Palma del Río. El caso de Peñarroya es especialmente llamativo, ya que este pueblo tiene una población de unos 11.150 habitantes y cuenta con algo más de 1.700 vecinos en el exterior. El cese de la actividad minera en este territorio explica esta realidad, si bien es cierto que la pérdida de industria en general en Córdoba está detrás de muchas de las emigraciones. Los datos hablan por sí solos. Córdoba se ha desangrado industrialmente durante los últimos diez años porque, como recoge el INE, el número de fábricas se ha reducido un 34%, pasando de 7.421 a 4.889. Esta estadística supera las cifras estatales, ya que el descenso a nivel nacional ha sido de un 15,7%, mientras que en Andalucía se ha situado en un 14,3%.

Atendiendo al número de cordobeses que cogieron la maleta pero que en este caso se quedaron dentro del territorio nacional, Córdoba es la segunda provincia andaluza, tras Jaén, con más habitantes residiendo en otros puntos del país. Concretamente, son unos 250.000 los cordobeses repartidos por España y de ellos el mayor número se encuentra en Cataluña, seguida de Madrid, Valencia, Baleares, Castilla-La Mancha y País Vasco. En la última década, con una coyuntura económica desfavorable, el padrón de la provincia se ha visto mermado en un 2%. Con 791.796 habitantes, un total de 146.801 es población mayor de 65 años, lo que supone el 19%. Si los emigrantes volvieran a Córdoba, la población superaría el millón de personas.

Por edades

Según los datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, el 42% de los cordobeses que decidieron ir a vivir al extranjero el año pasado tenía entre 20 y 34 años de edad. Otro grupo destacado fue el de personas de entre 35 y 39 años, que supuso el 13% del total. Una cuarta parte del conjunto de salidas las han copado los cordobeses de entre 40 y 64 años. La mitad de los emigrados son hombres y la otra mitad, mujeres.

Según los datos de dicho padrón, en el año 2016 regresaron a Córdoba 341 emigrantes y el ejercicio anterior fueron 266. En 2013, por ejemplo, la cifra de retornados no pasó de 168. Pensando en la vuelta de los que en un momento se fueron en busca de nuevas y mejores oportunidades laborales y de vida, el Instituto Municipal de Desarrollo Económico y Empleo de Córdoba ha puesto en marcha la iniciativa Volvemos a Córdoba, que consiste en fomentar el retorno de jóvenes que están trabajando en otros países para favorecer así los sectores productivos de la ciudad. Por el momento, se ha conformado una comunidad de 163 cordobeses, con una media de 32 años, que emigraron en años pasados sobre todo a Reino Unido y Alemania, y que trabajan principalmente en ingeniería, sanidad, psicología o educación.

La gráfica es de continua ascensión, ya que ningún año durante la crisis ha bajado el número de residentes cordobeses en el extranjero y su incremento se ha nutrido de las remesas de nuevos emigrantes que salían de la provincia impulsados, en muchos casos, por la falta de trabajo y de oportunidades. Los datos de empleo no han alimentado la esperanza. La última estadística del Ministerio de Empleo apunta a que el paro ha vuelto a crecer en Córdoba en enero, en este caso por encima de las 72.000 personas. Ello supone un incremento del desempleo de 1.389 personas respecto al pasado mes de diciembre, lo que significa un aumento del 1,9%. Los datos son más halagüeños si se comparan con enero del año pasado, ya que la tasa interanual de desempleo cayó un 8,09%, es decir, que hay 6.354 parados menos. Para algunos, estos datos abrirán un escenario de esperanza ante una posible vuelta a casa. Otros, en cambio, ya tienen su hogar fuera.