La campaña de riego no ha finalizado aún, pero los embalses de la cuenca del Guadalquivir están ya a menos del 30%. Cuando en septiembre se dé por terminada, el nivel estará muy cerca del 25%. Este viernes, los embalses cordobeses se encontraban al 28% al almacenar solo 955,6 hectómetros cúbicos. Esta cifra es la más baja de la última década en la provincia de Córdoba tras continuar la tendencia de reducción de lluvias que se ha producido en los dos últimos años agrícolas. Eso ha provocado un descenso progresivo del nivel de agua almacenada desde el 49,2% del 2018. Hasta ahora, el año 2017 era en el que más había menos agua en los embalses. El 1 de septiembre de ese año estaban al 31,8%, muy lejos del 85,9% que se alcanzaba en septiembre del 2013, cuando había 2.933 hectómetros cúbicos. Precisamente, desde ese año ha habido un continuo descenso del agua contenida en los embalses cordobeses de la cuenca del Guadalquivir: 2014 (78,2%), 2015 (63%), 2016 (48,9%), 2017 (31,8%), 2018 (49,2%), 2019 (31,1%) y 2020 (28,1%).

Con esta evolución, las reservas se han quedado reducidas a casi solo una cuarta parte de la capacidad total de la provincia. En el caso de la regulación general, sistema principal que abastece al regadío en la cuenca del Guadalquivir, este viernes se encontraba al 28,2%, por lo que el nuevo año agrícola ha de romper con las insuficientes precipitaciones de este último ejercicio para que la cuenca comience a acumular reservas para la próxima campaña de regadío.

En la comisión de desembalse de principios de mayo, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir aprobó destinar a riego un máximo de 1.100 hectómetros cúbicos, lo que suponía un 14,7% menos que en 2019. Eso supondría una dotación máxima de 4.500 metros cúbicos por hectárea, 900 menos que el año anterior.

El organismo gestor de la cuenca advirtió entonces que la situación era «preocupante y delicada», ya que se seguía sin alcanzar el 50% de la capacidad de embalsado por la irregularidad de las precipitaciones que ha experimentado el Guadalquivir en los dos últimos años. Así, el año hidrológico 2018/2019 fue el sexto más seco de los últimos 25 años, mientras que el déficit del 2019/2020 era del 8% respecto a la media de este periodo. Aunque en mayo se registraron abundantes precipitaciones, superiores un 7% a la media de la cuenca en los últimos 25 años, no fueron suficientes para que se recuperasen los niveles adecuados en el Guadalquivir.