Emacsa ha iniciado este mes las obras que permitirán empezar a regar las zonas verdes de la ciudad con agua no potable, lo que no solo supondrá un ahorro económico, sino una apuesta por la sostenibilidad (se dejarán de usar 178.000 metros cúbicos de agua al año para empezar a reutilizar, por ejemplo, la de la limpieza de los filtros). La primera fase de este proyecto, que concluirá dentro de 9 meses, cuenta con una inversión de 850.000 euros y permitirá cambiar el agua de riego en las zonas verdes desde la Asomadilla hasta el parque Cruz Conde (jardines de Escultor Fernández Márquez, Antonio Pareja García, Vial Norte, los jardines de la Agricultura y la Victoria y los de la avenida Conde de Vallellano).

La alcaldesa, Isabel Ambrosio, y la gerente de la empresa, Claudia Zafra, hicieron ayer balance de la empresa municipal que ha vuelto a cerrar el año con 6 millones de superávit e invirtió en 2017 15,3 millones de euros. Ambrosio destacó el esfuerzo inversor de Emacsa comparando la evolución de los contratos adjudicados en 2014, por un valor de 4,2 millones de euros, con los de 2017, por 17,1 millones de euros.

También subrayó la visión social por la que apuesta Emacsa, que ha permitido que más de 1.600 personas se hayan beneficiado del suministro del mínimo vital de agua, establecido en 3 metros cúbicos por persona. También recordó el avance en suministros vitales (agua y luz), que permitirá la modificación de la LOUA, impulsada desde Córdoba, para aquellas personas que residan en una parcelación como primera vivienda, y en la que se sigue trabajando.

En cuanto a las inversiones, destacaron las realizadas en las dos centrales, la de Villa Azul y La Golondrina, que han reunido 6,5 millones de euros en 12 actuaciones; y los 8,7 millones de euros destinados a renovar más de 21 kilómetros en las redes de abastecimiento y más de 3 en la red de saneamientos en todos los distritos (se ha logrado pasar de una avería cada dos días en la red en el año 2014, a 1 cada 5 días el año pasado).

Un dato curioso es que las obstrucciones en las cañeras de la ciudad cuestan en torno a 1,5 millones de euros al año en reparaciones, de ahí la importancia de las campañas de sensibilización que conciencien de problemas como el de las toallitas húmedas. Por último, Ambrosio también subrayó las modificaciones tarifarias entre el 2,5 y 13,7% según el callejero fiscal, así como las reducciones del 50% de la que se benefician familias numerosas, parados de larga jubilación o pensionistas, y el 50% a las viviendas del concurso de patios.