"Las marcas nunca mueren, muere el diseñador", afirma Elio Berhanyer, que esta noche está recibiendo un homenaje en Córdoba, ciudad en la que nació y de la que huyó tras el fusilamiento de su padre. Pasaron cuarenta años hasta que regresó de visita, "salí con el corazón negro, esperé hasta que volvió a ser de su color, rojo".

"Por tu culpita, culpita yo tengo negro negrito mi corazón", tararea Elio Berhanyer al recordar que creció en una familia humilde de piconeros.

En esta ciudad pasó "malos momentos" y también "muchos buenos", dice en una entrevista a EFE el decano de la moda española que lleva tiempo planteándose reanimar su firma, tras desfilar por última vez en la pasarela madrileña en 2010. "Me ronda la idea de volver a la moda, las marcas nunca mueren, muere el diseñador", ha comentado.

El maestro aún no tiene sustituto, le gustaría que fuera un "diseñador cordobés" pero se muestra cauteloso y no da nombres.

ARROPADO POR LOS SUYOS

Berhanyer que ha recorrido el mundo con Córdoba como bandera, ahora recibe el homenaje de su tierra en el Real Círculo de la Amistad, arropado por su familia, amigos y compañeros de profesión.

A sus 88 años Berhanyer siente el respeto de la industria de la moda: "el balance de mi vida y mi profesión es que siento el cariño y el amor de la gente", explica mientras pone en duda si merece o no este tributo.

Muy emocionado, Berhanyer dice que ha vivido muy poco en Córdoba, aunque siempre ha estado en su corazón y en sus colecciones. "El blanco radiante de las casas encaladas de Andalucía y el negro que vestían las mujeres que guardaban luto", un contraste siempre presente en su trabajo.

Hasta hace dos años ha tenido una cátedra de moda en la Universidad de Córdoba pero "ya no existe, falta de dinero", lamenta este diseñador para quien la ropa es "seña de identidad" y "tarjeta de presentación".

ROMANCE CON LA MODA

Asegura que ha vivido un "auténtico romance con la moda", que le ha brindado la oportunidad de conocer a gente "fabulosa y extraordinaria", además de recorrer el mundo. "Con Iberia -cuyos uniformes diseñó con gran éxito internacional- he viajado durante veinte años, nunca me coló", dice con una sonrisa pícara.

Considera que la moda "no ha cambiado mucho" desde que él empezó. Hasta el mencionado último desfile de 2010 en Cibeles, Elio Berhanyer había cosido cerca de 23.000 creaciones de alta costura y había vestido a más de 600 novias.

Este español universal dice que está al tanto de la moda actual, que vive su profesión con pasión y que ahora está trabajando en un libro autobiográfico, "tengo la suerte de tener una memoria prodigiosa", dice entre risas este modisto que considera que "el pasado no existe, está presente en mí".

En el homenaje se recuerda a un Elio Berhanyer con gran capacidad para el dibujo, "he sido autodidacta, nunca fui al colegio, aprendí a leer y a escribir con quince años".

Tras el fusilamiento de su padre huyó de la ciudad y se instaló junto a su familia en Espiel, un pequeño pueblo en el que pasó unos años "muy duros".

UNA LARGA CARRERA

Siendo un niño empezó a trabajar como repartidor de leche y acarreando ganado para salir adelante, "porque hambre pasé", dice este cordobés que tiene dos hijos, Juan Carlos y Elio, y dos nietos.

Con 17 años se instaló en Madrid, donde primero trabajó como escaparatista y después, con sensibilidad y mucho talento, confeccionó prendas impecables. Y de las hieles de un infancia difícil pasó a las mieles de un mundo de lujo en el que con conoció a la reina Isabel II de Inglaterra, los duques de Windsor y Dalí, "artista que conocí en Nueva York, eramos íntimos".

Ha vestido a mujeres tan imponentes como Ava Gardner y Cyd Charisse. De su taller también salieron piezas para la reina Sofía, Lola Flores, la duquesa de Alba y las condesas de Montarco y Romanones.

A lo largo de su trayectoria, Berhanyer, uno de los grandes protagonistas de la alta costura española, jamás ha seguido el dictado de la tendencias, ha preferido imponer su estilo y su criterio para vestir a la mujer con elegancia.