«Todas las heridas tardan un tiempo en curar». La frase es de Rafi Crespín, hasta el martes delegada del Gobierno andaluz en Córdoba y desde ya secretaria de Organización del PSOE cordobés a tiempo completo. La frase, pronunciada por la exalcaldesa de La Carlota un día después de conocerse su petición de «relevo voluntario» al frente de la Delegación del Gobierno de la Junta, reflejó, quizá involuntariamente, quizá todo lo contrario, o bien que el relevo no había sido tan voluntario, o bien que, aunque lo fuera, ha dolido igual, a ella y a sus afines.

A cinco días del anuncio del Consejo de Gobierno, parece que lo de menos es ya si lo de Crespín fue renuncia, cese o destitución, y que fuera o no fruto de lo pactado con el secretario provincial, Antonio Ruiz, en el congreso de Lucena. Todos han secundado el discurso oficial. Era lo mejor para el partido, han dicho. La situación hunde sus raíces en la renuncia de la carloteña a presentar una lista alternativa a la secretaría provincial, a cambio de confeccionar la ejecutiva al 50% con Ruiz. Si bien, y pese a que el cónclave apoyó con abrumadora mayoría la elección del nuevo secretario, los últimos movimientos hacen pensar que se han reabierto aquellas heridas o que, más bien, nunca se llegaron a curar.

La presidenta andaluza ha preferido enfriar los ánimos en Córdoba y retrasar algo más el nombramiento del sustituto o sustituta de Rafi Crespín, la prueba del 9 de lo que está pasando en el PSOE. Las quinielas con más peso apuntan en femenino y han mirado estos días hacia Baena y el Congreso de los Diputados. Confirmado desde luego no hay nada. Pocas personas saben a ciencia cierta el nombre del nuevo delegado de la Junta en Córdoba, un cargo que suele decidir el secretario general del partido, aunque formalmente lo nombre el Consejo de Gobierno.

La semana que entra está previsto además que las ocho agrupaciones socialistas de la capital elijan a sus secretarios generales. El nombramiento de estos responsables territoriales tendrá una importancia significada, ya que los socialistas aprobaron en su último congreso la creación de una dirección local. Con este órgano -cuya puesta en marcha dependerá del federal- se persigue unificar las voces de las agrupaciones en una sola ejecutiva, que solo tendría funciones políticas y no orgánicas. Además, será clave saber qué peso conseguirá la alcaldesa, Isabel Ambrosio, en este nuevo mapa de la capital, toda vez que nadie discute que aspirará de nuevo a la Alcaldía (algo confirmado por el propio Antonio Ruiz).

Empieza la fiesta

El PP ha inaugurado esta semana lo que parece será una nueva forma de comunicación más visual y provocadora (apoyada en un mapa interactivo pensado para las redes), y más propia de los tiempos electorales que comienzan a acercarse (elecciones is coming). El encargado de hacerlo ha sido Salvador Fuentes, perfil más adecuado para una puesta en escena de este tipo que el del prudente y sobrio José María Bellido que, no obstante, tendrá que entrar en faena tarde o temprano si quiere ser candidato a la Alcaldía, un deseo que ya expresó. El tema seleccionado por el PP, el de los viajes, abre una caja de pandora que no se había destapado hasta ahora, salvo en contadas ocasiones. Tres vueltas al mundo en medio mandato ha dado, según el cómputo hecho por los populares, el equipo de gobierno, que, por su parte, no ha querido entrar al trapo. El silencio por respuesta les puede servir de momento, pero, ¿qué hacer si el PP elige desde ya tomar el camino de lo bronco?

Al menos, la semana ha traído la buena noticia del desatasco del cercanías, con el levantamiento incluido de reparos de la Intervención. Está previsto que mañana se apruebe el contrato con Renfe. Harina de otro costal será la declaración de la obligatoriedad de servicio público, que el Gobierno ha prometido verbalmente y que habrá que exigir.