El coordinador general de IU Andalucía, Toni Valero (Málaga, 38 años), apostó ayer por concurrir desde Andalucía a las elecciones generales del 10 de noviembre con una papeleta conjunta que incluya a Unidas Podemos y a Adelante Andalucía, la marca de la confluencia andaluza, porque «sería factible y expresa lo que somos», dijo. No obstante defiende la necesidad de que haya un debate federal sobre esta cuestión, crucial de cara al 10N.

-¿Defiende que Adelante Andalucía se pueda presentar con su propia marca a las elecciones generales del 10 de noviembre?

-El propósito de todas las organizaciones que conformamos Adelante Andalucía es buscar la mejor fórmula posible para que Andalucía esté lo mejor representada en el Congreso, partiendo de la máxima de la unidad como principio irrenunciable. Por eso, nos hemos emplazado a valorarlo con nuestra organizaciones estatales. No podemos olvidar que son unas elecciones generales decisivas, que falta poco más de un mes y que esta decisión debe comprender tanto a los actores de Adelante como a Podemos e IU a nivel estatal.

-¿Y usted qué opina?

-Adelante Andalucía es un espacio unitario que debemos cuidar, preservar y fortalecer. A partir de ahí, debemos buscar la mejor solución para este momento. En IU tenemos claro que las síntesis políticas tienen que tomarse en la organización, porque es lo más constructivo y, sobre todo, es más honesto. IU tiene que tener ese debate con absoluta tranquilidad y profundidad, porque son muchas las aristas a contemplar.

-¿En Podemos se puede estar utilizando esto en el pulso entre Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias?

-No me quiero pronunciar sobre la cuestiones internas de Podemos. Quiero pensar que no tienen nada que ver con eso.

-¿Teme que se cumplan las estimaciones sobre un posible empeoramiento de los resultados para Unidas Podemos el 10N?

-No lo creo, porque me parece que el PSOE, con el discurso y la actitud que ha tomado, donde quiere pescar es en el voto del centro de Cs. Probablemente, si crece el PSOE va a crecer por ahí, no creo que crezca tanto por la izquierda. Hay que ver el impacto en Unidas Podemos y su espacio, que el hartazgo que pueda tener también nuestro electorado no se traduzca en frustración ni cinismo ni apatía, sino todo lo contrario. Que sea un hartazgo que empodere al votante. Que diga: «Estoy harto de cómo me han tratado, porque voté para una opción progresista que se podía haber abierto paso y no voy a dejar que me la frustre una nueva repetición electoral». Ese hartazgo, depende de qué línea tome, podrá suponer una bajada o lo contrario.

-¿Unidas Podemos tendría que haber aceptado los ministerios que le propuso Pedro Sánchez?

-El acuerdo de esos ministerios más que con Unidas Podemos fue con Podemos. No se puede entrar a gobernar haciendo de floreros. Ciertamente, sonaba muy rimbombante lo de los ministerios y la vicepresidencia, pero cuando uno miraba no había presupuesto y no había competencias. Lo que hizo Podemos fue lo que tenía que hacer si quería entrar a gobernar con una mínima capacidad de decisión.

-¿La decisión adoptada por Podemos ha creado fricciones en la coalición?

-No esa decisión, que entrasen o no entrasen en el gobierno, en absoluto. Respaldábamos que se estudiase la posibilidad de un apoyo a la investidura sobre la base programática, pero no se pudo abrir camino, porque el PSOE nos planteó un plato de lentejas con esas 300 medidas en agosto. Mandamos un programa al PSOE, que elaboramos con organizaciones sociales y sindicatos, y hubo una callada por respuesta. El PSOE parece que iba buscando una repetición electoral desde un primer momento.

-Ha visitado Córdoba recientemente para reunirse con diputados provinciales, que vuelven a cogobernar con el PSOE. ¿Qué lectura hace de la presencia de IU en Córdoba? ¿Tiene la provincia algo especial?

-Sin lugar a dudas, Córdoba tiene una tradición muy de izquierda en el ámbito rural. Tal vez porque es una provincia donde el tejido social sigue estando bien vertebrado, donde la gente se sigue encontrando para reivindicar sus derechos. Y con ese magma social, una fuerza como IU siempre ha podido echar buenas raíces. Independientemente de que haya procesos electorales donde IU pueda subir o bajar un poco, siempre hay una cierta consolidación y estabilidad de una fuerza política como la nuestra en la capital, que sabemos que ha vivido en el espacio de la izquierda grandes convulsiones en los últimos años, pero también, sobre todo, en el ámbito provincial.

-Ha hecho referencia a las convulsiones de los últimos años en la capital donde, entre otras cuestiones, no fue posible llegar a las municipales con una confluencia. ¿Qué hace falta para que IU vuelva a coger impulso?

-Eso nos tiene que hacer aprender no solo a nosotros. Aquí las responsabilidades son compartidas por parte de todos los actores que no han sido capaces de entenderse. Sin lugar a dudas, se lanza un mensaje a la ciudadanía confuso y eso se paga. Creo que IU, en la ciudad de Córdoba, si coge dos líneas de trabajo que sé que las ha cogido, va a crecer. Mano tendida a todo lo que se mueve a la izquierda del PSOE, con compromiso y convicción de que podemos caminar juntos a pesar de la historia pasada y, por supuesto, estar muy encima de los problemas de la gente.

-¿Cómo se encuentra IU en Andalucía?

-Bien en términos políticos. Me la he encontrado cohesionada con una estrategia política como no había estado en años anteriores, pero con las mellas causadas por un largo proceso electoral.

-Como secretario de Organización, en el 2015 estuvo en los primeros encuentros entre IU y Podemos. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

-Podemos ha cambiado. En 2015 estaba más renuente a construir espacios unitarios en donde hubiese más identidades que la suya, fue algo que provocó que no pudiese hablarse de confluencia. Este país, esta sociedad y su izquierda han madurado ese debate y ahora nos hemos podido encontrar, porque en Izquierda Unida no hemos cambiado sustancialmente nuestra posición. Tiene que haber espacios unitarios donde todos tengamos nuestro papel y nuestra identidad se pueda expresar.

-La ciudadanía puede preguntarse por qué una coalición de gobierno de partidos de la derecha se resuelve de forma ágil y cuando le toca a la izquierda no sale adelante.

-Tenemos que introducir una variable en esas triangulaciones de los partidos. Estamos pensando en ellos como si el entorno no operase y hay presiones fuera de lo que ocurre en el ámbito de lo político. Hay poderes fácticos que presionan y los poderes fácticos que han tenido mucho que ver en el surgimiento de Cs y en su crecimiento, también en la salida de Vox contenida en algunos perímetros que le pudiesen permitir recuperar votos que se podían perder por parte del PP, han sido capaces de favorecer esas connivencias que, de hecho, se han dado. Han hecho lo contrario para que la izquierda del PSOE no pudiese llegar a un acuerdo con el PSOE.

-¿Echan de menos a Antonio Maíllo?

-Antonio está ahí, por eso no se le echa de menos, pero no por ello no somos conscientes del gran dirigente que hemos tenido en los últimos años.