José Luis y Ana acaban de ser padres de su primera hija juntos, la primogénita para ella y la tercera para él, que tiene dos hijos varones de un matrimonio anterior, con los que solo tuvo dos semanas de baja de paternidad. «La verdad es que dos semanas era muy poco, se te van solo con el papeleo y apenas tienes tiempo de disfrutar de la llegada del bebé y de prepararte para los cambios que eso supone», explica José Luis, que todavía está disfrutando de su cuarta semana de baja. Con la pequeña, se han convertido en familia numerosa, ya que José Luis tiene la custodia compartida de sus dos hijos mayores. «La tenemos de momento por un año porque solo un progenitor tiene ese derecho y te lo renuevan si la otra parte no amplía igualmente la familia, en cuyo caso solo una tendría derecho», explica. Para Ana, que tiene a su familia fuera de Córdoba, la presencia de su pareja en este momento es muy importante, aunque ambos coinciden en que, si bien es bueno que se amplíe la baja de paternidad, «también sería necesario alargar la de maternidad». «Es muy importante, sobre todo, para la lactancia, porque se supone que lo mínimo deberían ser seis meses y, si te incorporas antes, no te queda otra que buscar fórmulas para guardar la leche y eso lo complica todo más, además habría que dar tiempo a la madre a recuperarse, en fin». Como suele ocurrir en estos casos, el reto ahora es la conciliación. «No descartamos que alguno pida la reducción de jornada, aunque los salarios actuales tampoco están como para recortarlo y que puedas llegar a fin de mes sin problemas», bromean. De momento, con los dos en casa, se reparten las horas del día para que ambos puedan descansar. «Tenemos la ayuda de una abuela (la madre de él), pero no va a ser una abuela cuidadora, así que la tendremos para cuando no haya más remedio». La guardería será la opción en cuanto que ambos se incorporen al trabajo.