La asociación LAR (Ludópatas Asociados Rehabilitados) cumple 25 años luchando contra la adicción de las personas que caen en las redes del juego, una lacra que sigue viva y que cada vez tiene víctimas más jóvenes.

-¿Cómo nació LAR en Córdoba?

-LAR nació después de que mi marido me dijera que tenía un problema que no entendíamos porque en ese momento no se trataba. Me pidió ayuda y nos pusimos a buscar, recurrimos a psicólogos, psiquiatras, fuimos a Madrid y, desesperada, acudí a Acali porque conocía al fundador. Cuando le expliqué el tema, no sabía qué era, pero me ofreció quedarnos porque veía que era un trastorno que quizás se podía tratar con sus terapias. Llegamos en 1983 y estuvimos allí 4 años, con terapias para alcohólicos. Estando allí, empezaron a surgir los primeros casos de alcohólicos que jugaban y el psicólogo de Acali vio que era un problema grave que requería una atención específica. A raíz de eso fundamos la primera asociación contra la ludopatía de España, Acojer, a la que llegaron enfermos de todas partes en situación muy precaria, arruinados y desesperados. Estuvimos en Acojer hasta que nos salimos en 1992. Con nosotros se vinieron 68 personas y, dos años después, con la ayuda de la parroquia de San Rafael, fundamos LAR, que significa hogar.

-¿Qué síntomas llevaron a su marido a pedir ayuda?

-Él se sometió a una operación importante en Madrid y, cuando volvimos a Córdoba, estaba mal, muy hundido. Yo me tuve que quedar trabajando en Madrid y estuve un año yendo y viniendo. Viendo cómo estaba, yo misma le animé a ir al bingo (en ese momento empezaban a aparecer en España) para distraerse, pero, cuando volví, me contó que algo iba mal, que no controlaba. Él siempre había sido un hombre responsable y no entendía qué le pasaba, gastaba el dinero que hacía falta en casa, estaba irritable, había perdido el apetito, el sueño, aquello se le fue de las manos.

-¿Ha habido un antes y un después en la ludopatía desde que existe internet?

-Sí. Internet y las nuevas tecnologías en general están haciendo un daño incalculable, es la droga del siglo, igual que en los 80 ocurrió con la heroína está pasando ahora con el juego. Está causando una destrucción total entre los jóvenes, a los que bombardean constantemente con anuncios. Estamos luchando mucho contra eso y hay varias provincias que prohíben en horas escolares los anuncios porque, además, están buscando el truco de hacer los anuncios con personajes que son importantes para ellos, conscientes de que todo lo imitan. Los padres no están preparados porque no es normal que a un niño con cuatro años se le dé un móvil y lo hacen. Desde el principio, estamos haciendo programas de prevención. Hace unos años, en una entrevista, dije que la ludopatía iba a ser la pandemia en tres años, que esos niños que estaban con el móvil iban a estar enfermos. La pandemia ya está aquí, pero no solo se tratan en centros de ludopatía, sino en las entidades que tratan adicciones sin sustancia, que cada vez son más.

-La diferencia es que esta droga no mata.

-Bueno, se están dando graves trastornos y estamos viendo suicidios en menores, fracaso escolar, niños violentos que llegan a pegar a los padres, menores que estafan a los padres. Los ludópatas tienen tendencia al suicidio, porque pierden la autoestima, lo pierden todo, no ven salida y muchos de los suicidios que oímos están relacionados con esta patología.

-¿No es un poco catastrofista?

-No, en absoluto, se está dando y la causa es que están poniendo salas de juegos a 200 metros de los colegios, algo contra lo que estamos luchando. En un barrio puede haber cuatro o cinco salas.

-¿Qué cuota de responsabilidad tienen los padres?

-Los padres tienen que educar y a veces delegan la educación en las escuelas, pero hay que hacerlo desde casa, no se puede dar al niño la tablet para que no moleste, porque eso tiene consecuencias.

-¿Qué porcentaje de jóvenes tienen un problema de ludopatía?

-Entre un 30 o un 40% a nivel nacional. En Córdoba, no tengo el dato. El perfil ha cambiado mucho y, aunque las tragaperras siguen siendo las reinas de la ludopatía, antes llegaba más gente mayor a la asociación, ahora los que acuden son muy jóvenes por las apuestas deportivas.

-¿Qué servicios ofrece la asociación a los usuarios?

-Somos centro de atención a la ludopatía y a todas las adicciones sin sustancia, tenemos enfermos que han pasado por las compras, por el sexo, el juego, nuevas tecnologías. LAR es una asociación de ayuda mutua y por eso hay terapias de espejo, pero también tenemos psicóloga, trabajadora social y monitores que salen de los enfermos rehabilitados. Ahora estamos pasando una crisis tremenda y no hemos podido renovar a la psicóloga y a la trabajadora por falta de recursos. Ya han pasado más de 1.000 personas por la asociación.

-¿LAR recibe ayuda de la Junta de Andalucía?

-Iniciamos los trámites para abrir un centro con ayuda de la Junta de Andalucía, que se comprometió con nosotros a firmar un convenio, pero llevamos nueve años esperando. Todos los centros que conocemos en Andalucía tienen convenio menos nosotros, que funcionamos con las cuotas de los socios.