El hospital San Juan de Dios comenzó a funcionar en Córdoba a finales de 1934, cuando la orden de religiosos, presentes en la ciudad desde el siglo XVI casi de forma ininterrumpida, abre el Hogar y Clínica de San Rafael para atender a niños con polio y otras dolencias. Al frente estaba el hermano Bonifacio junto con su comunidad y un cuerpo facultativo. Con la desaparición de esas enfermedades el hogar comenzó a transformarse poco a poco en hospital hasta llegar a lograr la categoría de hospital general en el que hoy se ha convertido.

El hospital San Juan de Dios, como señala su director gerente, Manuel González, ha tenido «la capacidad de evolucionar y de adaptarse», al igual que el barrio en el que está, así como de «atender a sus pacientes en todas las fases de la vida». Hoy cuenta con 30 especialidades médico-quirúrgicas y ha incorporado las últimas tecnologías y en tanto tienen en marcha nuevas propuestas y mejoras.

Pero si hay algo que diferencia a este centro hospitalario de otros es, en palabras de Manuel González, su modelo de atención, basado en el contacto con el paciente, un «modelo humano heredado de los religiosos», un «hospital de personas que atienden a personas».