Carmen León es, ante todo, una mujer activa. En los años 70 comenzó a trabajar en los centros de promoción de la mujer de Acción Católica y junto a su marido decidió establecerse en el barrio de Cañero para criar a sus hijos porque era lo que más se parecía a un pueblo.

Carmen, que forma parte de la directiva de la asociación de vecinos desde hace años, fue una de las impulsoras de la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres gracias al trabajo que hizo desde la vocalía de Mujer del colectivo vecinal.

Asegura que «el feminismo me ha hecho mejor persona, a parte de muchas satisfacciones y sofocones» porque, entre otras cuestiones, gracias a la plataforma se han creado redes de colectivos y de instituciones para acabar con esta lacra.

Considera que la plataforma, nacida en 1998, tras el asesinato de Ana Orantes un año antes, ha ido evolucionando con el tiempo y se ha afianzado como un referente.

Entre los logros alcanzados cita dos como los más importantes: el ayudar a sacar la violencia contra la mujer del ámbito doméstico al que estaba recluida y el impulso al desarrollo y seguimiento de la Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género.