El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, abrió ayer en la Catedral formalmente el periodo litúrgico de Cuaresma con la misa de imposición de la ceniza, función religiosa en cuya homilía el prelado recordó a los fieles que esta etapa se vivirá condicionada en la Cristiandad, y con ella en Córdoba, por el proceso de relevo en la Silla de Pedro, razón por la que pidió a la diócesis oraciones de gratitud por Benedicto XVI y, por primera vez en público, también por la persona que le sustituya como Papa tras el próximo cónclave.

Al respecto, hay que recordar que Demetrio Fernández ha dedicado su carta pastoral semanal a destacar ante los cordobeses la labor realizada por Benedicto XVI y agradecer su trabajo.

La homilía de ayer también sirvió para que el obispo de Córdoba recordara la importancia de la caridad, la oración, el ayuno y la abstinencia en este periodo de Cuaresma.

INICIO COFRADE Sin embargo, y ya estrictamente en el mundo cofrade, la Cuaresma 2013 fue inaugurada anoche con el vía crucis extraordinario del Santísimo Cristo de la Conversión, cotitular de la hermandad de la Sangre. Así, de manera excepcional y con motivo del año de la Fe, el pequeño crucificado obra de Antonio Bernal salió anoche desde la iglesia conventual de Capuchinos.

La bella imagen procesionó en el dorado paso de la Divina Pastora exornado para esta ocasión con iris morados. Musicalmente acompañó el trío de capilla Ars Sacra de Ecija, quien junto a la belleza de las calles del recorrido creó un perfecto ambiente para acompañar con recogimiento al Crucificado de la hermandad de la Sangre.

CITAS TRADICIONALES Junto a éste acto, se volvieron a celebrar los ya tradicionales vía crucis de inicio de Cuaresma, como el de la hermandad de la Esperanza con la imagen de Nuestro Padre Jesús de las Penas, quien fue portado en una sencilla parihuela exornada con flor roja, mismo color elegido para para la túnica del Señor de San Andrés.

Mientras, en el interior del templo de San Antonio de Padua se rezaron las catorce estaciones del vía crucis alrededor del titular de la hermandad de La Merced, Jesús en su Coronación de Espinas, portado sobre una parihuela exornada con clavel morado y una decena de cirios rojos, que en la oscuridad del templo iluminaron el dramático rostro del Señor de la Coronación.

Asimismo en los templos se sucedieron quinarios iniciados el martes como el de la Santa Faz, Misericordia, Calvario, Santo Sepulcro o el de la Oración en el Huerto (éste último comenzó justamente ayer) y cuya imagen el próximo sábado protagonizará el vía crucis penitencial de las hermandes y cofradías cordobesas en la Catedral, el primer gran evento cofrade anual que mete a Córdoba de lleno en la Cuaresma, y que este año partirá de la parroquia de San Francisco a las 17.00 horas.