Para Elena Muñoz, una cordobesa de 42 años y guía turística, el coronavirus ha sido «como tener una gripe muy, muy heavy», que se ha curado con cama y paracetamol. Pertenece a ese 70% de personas por las que el covid19 se manifiesta con sintomatología leve. Apenas tuvo tos seca y no ha tenido ahogo, solo fiebre, cansancio y pérdida del olor y el sabor. Lleva de baja desde el día 9 y no sabe cómo pudo contagiarse. «Viajé a Venecia y a Amsterdan, además como guía trabajo con grupos de todo el mundo», comenta.

El 8 de marzo, los primeros síntomas que se notó fueron fiebre de 37,5 grados y un fuerte dolor de cabeza. «Me metí en la cama y pasé sin comer cuatro días». El primer diagnóstico del médico fue gripe y le dio la baja por unos días. Después se la ha tenido que ir prorrogando. «He pedido tres veces la prueba, pero la única recomendación ha sido paracetamol, casa y tomarme la temperatura», dice y reconoce que no estar muy mal le ha llevado a pensar incluso que era hipocondriaca. «Estar mal, con esa incertidumbre, y en medio de una avalancha de memes y de informaciones sobre coronavirus ha sido horrible», reconoce y lamenta que los teléfonos de información estuvieran colapsados. Aunque suene paradójico, dejó de estar tan soliviantada cuando su médico le dijo el viernes que contemplabla su caso «como posible coronavirus y que siguiera con las mismas indicaciones». Desde entonces, cada día la llaman para hacerle un seguimiento de la temperatura. Su marido no se ha contagiado. Su hermana y su cuñado, sí. Lo peor, ha sido la preocupación de habérselo podido pegar a sus padres. Lo mejor, que ya ha pasado todo.