El sector de la construcción ha sido uno de los más afectados por la crisis económica y se ha llevado consigo miles de puestos de trabajo, entre ellos el de Alejandro Rojas. Este cordobés, de 38 años, perdió su empleo a principios de 2011 por el cierre de su empresa, una multinacional francesa dedicada a la venta de materiales para obra civil y edificación. «Al principio, con el boom de la construcción, nada hacía presagiar los momentos tan difíciles que íbamos a vivir», recuerda Alejandro. Pero sucedió, y a partir de ahí empezó una lucha constante por encontrar un empleo, «lo que era muy, muy difícil», relata este joven, quien apunta que «cada día te enterabas de empresas nuevas que iban cerrando». La solución a su problema vino de la mano de su suegro, que en su juventud había ejercido de zapatero, y le ofreció enseñarle el oficio. Dicho y hecho, y en septiembre de ese mismo año 2011 Alejandro abrió su propio negocio de reparación de calzado, ubicado en la calle Pintor Peñalosa, 10, cercano a la estación de autobuses. Para Alejandro, como para otras muchas personas, «el autoempleo se presentaba como la única salida para encontrar un trabajo». Al principio, tenía mucha faena, tanta que en ocasiones no podía casi ni atenderla, pero las cosas han cambiado. «Desde el año pasado y lo que llevamos de este 2018 he notado un parón en los arreglos», afirma este empresario autónomo, casado y con dos hijos. Pese a ello, Alejandro insiste en que estos últimos años «han sido lo mejores para mí desde el punto de vista laboral».