Durante su intervención en el comité provincial, y en lo que supuso el inicio de su adiós, el actual secretario general del PSOE de Córdoba, Juan Pablo Durán, se mostró «moderadamente satisfecho» con la gestión de su ejecutiva en los últimos cinco años y valoró que, aunque cuando llegaron en el 2012 había una «depresión colectiva» entre los socialistas por los malos resultados electorales cosechados por entonces, en su mandato han cumplido el «reto» de volver a ser primera fuerza municipal en la provincia y recuperar la Diputación, además de hacerse con la alcaldía de Córdoba. Durán advirtió, no obstante, que «lo difícil no es llegar, sino mantenerse», y añadió que «si queremos seguir transformando» la sociedad «el mejor instrumento son los ayuntamientos, que tienen que ser punta de lanza de las políticas progresistas». Así, en esta línea, dijo que el reto para la nueva ejecutiva debe estar basado en dos puntos: uno, «luchar por derogar» la regla de gasto que impide a los ayuntamientos utilizar los remanentes económicos; y dos, revisar la financiación autonómica, para que no haya comunidades «infrafinanciadas», como el caso de Andalucía, según apuntó. «Los andaluces no pedimos de más, sino lo que nos corresponde para poder mejorar la financiación de servicios básicos a la ciudadanía como educación, sanidad y políticas de dependencia», explicó.

En sus últimas palabras ante el comité, Durán aseguró que tras el congreso provincial del 21 de octubre cederá el testigo al futuro secretario general del PSOE cordobés para «abandonar el ámbito provincial», sin ningún tipo de tutelaje y para dedicarse en exclusiva a la política autonómica y a su actual cargo de presidente del Parlamento andaluz. «Me dedicaré en cuerpo y alma a Andalucía», concluyó.