Juan Pablo Durán se marcha con el respaldo de un 92% dado por sus compañeros a su labor al frente del partido en Córdoba después de nueve años. Una abrumadora mayoría que apenas se vio empañada por 16 votos en blanco y dos en contra de su informe de gestión.

En su último discurso como secretario general del PSOE-A de Córdoba, Juan Pablo Durán renunció a la nostalgia y se despidió haciendo un llamamiento a la unidad, la cohesión y la valentía. «Este congreso debe servir para mucho más que cambiar unos nombres y apellidos por otros. La política de los nombres no soluciona los problemas de la ciudadanía», afirmó en alusión a las batallas internas vividas en el partido, tanto de los sanchistas como al intento frustrado de Rafi Crespín de presentar una vía alternativa dentro del oficialismo.

El también presidente del Parlamento andaluz centró gran parte de su intervención en Cataluña -no en vano se desarrolló casi al mismo tiempo que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, declaraba la aplicación del 155- y criticó con crudeza, aunque sin nombrarlo ni una sola a vez, a Podemos y al uso «torticero» que, a su juicio, está haciendo el partido morado del Estatuto andaluz. «Me rebelo contra quienes se dedican a diario a cambiar la historia mancillando el nombre de Andalucía y usando nuestro preámbulo del estatuto de Andalucía para justificarse», dijo.

Durán tuvo palabras de agradecimiento para su antecesor en el cargo, José Antonio Ruiz Almenara; de ánimo para su sucesor, Antonio Ruiz, con quien recordó que el PSOE ha recuperado la Diputación, y el silencio más absoluto para la alcaldesa de la capital, Isabel Ambrosio.

Por último, en una clave más personal, aunque «sin nostalgia», recordó su llegada al PSOE, allá por octubre del 2000, y la ilusión con la que inició su andadura política. Hizo balance de este tiempo, en el que confesó no haber dejado «ni un segundo de sentirse socialista». Afirmó haber dejado «un partido mejor», por lo que dijo sentirse «moderadamente satisfecho» del granito de arena que ha aportado a «la gran familia socialista».