El programa organizado ayer por el hospital Reina Sofía para conmemorar el 50 aniversario del Provincial tuvo como broche final la degustación de una tarta, que permitió que autoridades y profesionales en activo o jubilados rememoraran historias vividas en las cinco décadas de vida del centro sanitario. Una de los relatos más divertidos fue el de los doctores Rafael Jurado y José María Kindelán.

Recordaron que un pavo real, que se escapó del zoológico y acabó en el Provincial, tuvo en vela durante toda una noche al cura del hospital, que incluso avisó a los guardias jurados de que algo misterioso ocurría, mientras que otros dos pavos reales, que también decidieron hacer una excursión al Provincial, parecían haber sido vistos por un paciente ingresado.

Jurado expuso que a ese enfermo le preguntó el doctor Joaquín Añón si había visto animales, porque uno de los episodios asociados al síndrome de abstinencia por consumo de alcohol, que aparentaba tener esa persona, es creer ver figuras animales. El paciente respondió afirmativamente, por lo que Añón concluyó que había que derivarlo a Psiquiatría. Pero, al final, se comprobó que realmente estaban los dos pavos en la habitación.

Por su parte, también intervinieron la pinche María Luisa Marín, a la que en 45 años en el Provincial le han gastado muchas bromas; la administrativa Inmaculada de Julián, con 38 años de ejercicio en el Provincial, que se mostró «ilusionada» por meter dentro de 25 años nuevos objetos en la cápsula del tiempo cerrada ayer por el 50 aniversario, y José Luis Aguado, de mantenimiento, y ligado al Provincial desde hace 32 años, que narró la mejora de contar con habitaciones para solo dos pacientes o la centralización de servicios. Por su parte, el oncólogo médico Isidoro Barneto agradeció haber aprendido tanto en los 40 años que lleva unido al Provincial, desde que empezó a hacer prácticas, e instó a sus compañeros a seguir cumpliendo el objetivo de proporcionar los mejores cuidados a los pacientes.