Hay tres proyectos de envergadura que ya están ejecutados y que marcan la legislatura que está a punto de acabar, la apertura en Miraflores en el 2016, tres años después de su finalización, de ese espacio de vanguardia denominado C3A; la culminación y puesta en uso de la Ciudad de la Justicia, ese sueño del mundo judicial hecho realidad en el 2017 tras más de una década de espera y tres años de obras; y la reforma del Palacio de Congresos, una asignatura que quedó pendiente en la anterior etapa del Gobierno andaluz y que se complicó con su paralización en el 2015, que la Junta se vio obligada a resolver en el 2017 tras un largo y complejo proceso. El edificio acaba de abrir sus puertas para Biocórdoba y ya tiene empresa que lo gestione durante los próximos 18 años, una UTE formada por Palacio de Congresos de Córdoba y Marva.

En el 2015, la Junta puso fin a otra obra heredada que con la crisis había quedado paralizada, la travesía de Villarrubia, que había sido iniciada cinco años antes. De las áreas de rehabilitación, la de la Axerquía Norte ha sido la gran olvidada, ya que se ha mantenido como quedó en el 2011, al 30% de ejecución y sin perspectivas. En cambio, sí ha culminado la rehabilitación emprendida en años de bonanza en San Martín de Porres, y la Junta ha estado trabajando en las áreas de regeneración urbana de Las Palmeras y Montoro, a las que se va a unir la del Guadalquivir. En el 2016, proyectos como el centro de salud del hospital de Puente Genil o la farmacia del hospital Reina Sofía llegaron a su fin. Este año también ha culminado la restauración de la Sinagoga para habilitar un centro de interpretación, cuya apertura está prevista para este mes.

Al margen de los proyectos ha habido otras iniciativas importantes en estos casi cuatro años. En el 2015, después del rifirrafe que enfrentó en el 2014 a la Consejería de Fomento y Vivienda (en manos de IU entonces) con el Ayuntamiento (con el PP), que derivó en la devolución del centro de visitantes a la Junta, esta volvió a dárselo al gobierno local para que lo gestionase.

Después, en la primavera de este año, el Parlamento ha aprobado una modificación de la LOUA, que ha contado con el apoyo unánime de todos los grupos, que beneficia a más de una veintena de parcelaciones, que pueden adelantar servicios durante dos años solo con que tengan la junta de compensación constituida, lo que facilita la consecución de agua, luz y saneamiento en una fase mucho más temprana que la permitida hasta entonces. Pero, sin duda, el gran logro, en el que la Junta ha jugado un papel fundamental, ha sido la declaración del yacimiento de Medina Azahara como Patrimonio de la Humanidad, un sueño que se alejó en la década pasada y que por fin se ha conseguido.

Durante este tiempo ha habido polémicas, que de una manera u otra han salpicado a la Junta, como la de la titularidad de la Mezquita-Catedral, o la de los aparcamientos del hospital Reina Sofía, incluidos en el proyecto de ampliación del Materno-Infantil con un nuevo edificio de consultas externas.