La Sección Tercera de la Audiencia Provincial ha condenado a dos años de prisión por un delito continuado de apropiación indebida a un hombre que hizo cobros irregulares a algunos clientes de la empresa en la que trabajaba.

En concreto, los hechos se remontan al año 2016, cuando el responsable de la agencia inmobiliaria para la que trabajaba el acusado descubrió que este, a través de otra empresa, llevaba a cabo a espaldas de la entidad que lo tenía contratado como gestor financiero diversas operaciones. Estas consistían «en el cobro, a modo de comisiones, de determinadas cantidades a los clientes cuya venta de sus inmuebles había confiado a la empresa en la que trabajaba, por las gestiones que el acusado asumía en la tramitación de las liquidaciones del impuesto de plusvalía municipal».

Los hechos fueron conocidos por las reclamaciones que varios clientes hicieron a la empresa a partir de junio del año 2016, asegurando que el Ayuntamiento les reclamaba una cantidad que ya había satisfecho al acusado en el momento de cerrar la operación de la compraventa de sus viviendas. Además, la sentencia fijas diversas indemnizaciones tanto a la empresa como a los clientes.