La incredulidad y el dolor están entre las primeras reacciones de los círculos más cercanos de Raquel Delgado Ortega, la maquinista de tren cordobesa, de 26 años de edad, que resultó muerta ayer en Barcelona en el choque frontal de dos trenes que dejó también más de un centenar de heridos.

La joven, que vivía en la zona de Arroyo del Moro, era hija de ferroviario y su propio padre le ayudó a encauzar su profesión, aunque entre sus aficiones y dedicaciones también estaban la veterinaria y el cuidado de los caballos (tenía muchos amigos en el Club Hípico de Córdoba) y el deporte en general, habiendo sido jugadora en un equipo de fútbol femenino. Cordial, alegre y extraordinariamente trabajadora y responsable, como afirman los testimonios recogidos por este periódico, la noticia ha caído como un jarro de agua fría en sus círculos de amistades, afirma Amparo, cuya familia conocía bien y quería de forma especial a la joven. El padre de Raquel Delgado salió ayer hacia Barcelona tras conocer el trágico suceso.