El vicario general de la diócesis de Córdoba, Francisco Orozco, informa de que están abriendo conversaciones con congregaciones religiosas para que las instalaciones del convento del Císter, que están desocupadas desde el pasado abril, vuelvan a ser habitadas y «sigan siendo un monasterio de religiosas o de religiosos». La diócesis ha adoptado el papel de mediadora para colaborar en este proceso y que «el fin del edificio sea el que queremos», según explica su vicario general, quien también apunta que «por parte de la congregación del Císter están abiertos».

Esta congregación es la propietaria de las instalaciones, por lo que tendría que cederlas en uso o buscar alguna otra vía para que puedan ser ocupadas por otros religiosos. Francisco Orozco apunta que existe «un buen diálogo» y por el momento no se han marcado plazos, aunque «cuanto antes se produzca, mejor». Asimismo, puntualiza que para lograr la llegada de otra comunidad sería necesario «cerrar diálogos y convenios», aclarando que en la actualidad «no hay nada» decidido.

El Monasterio Cisterciense de la Inmaculada Concepción se ubica en la calle Carbonell y Morand, junto a la plaza del Cardenal Toledo, y su página web informa de que el edificio fue fundado en 1725. El pequeño grupo de religiosas que habitaba en él ha sido trasladado y, según parece, están en distintas ciudades como Toledo y la propia Córdoba.