La paz firmada en Colombia, que pone fin a una guerra civil de medio siglo, es uno de los grandes logros de la historia reciente de Sudamérica. «Lo más difícil empieza ahora», argumentó ayer Rebeca Grynspan, responsable de la secretaría general iberoamericana, en el segundo día del foro «Córdoba, ciudad de encuentro y diálogo», organizado por la Cátedra Unesco de la UCO. Grynspan recordó que la mayoría de los procesos de paz implementados en el mundo acaban siendo revertidos antes de dos años, por lo que advirtió que la «paz es una tarea a largo plazo». Por su parte, Carlos Andrés Pérez, rector de la Universidad Santiago de Cali (Colombia), aseguró que «no todos los actores del conflicto quieren la paz, ya que para algunos la guerra significa dinero». Pérez expuso que la concentración de la tierra es uno de los elementos desencadenantes del litigio armado hace medio siglo. También intervino José Antonio García Belaunde, exministro de Exteriores de Perú y embajador en activo en España. El diplomático repasó el impacto que tuvo la revolución cubana en el origen de grupos armados a mediados del siglo XX. Sostuvo que hoy todos los movimientos violentos han desaparecido y vinculó este hecho con la mejora del nivel de vida de la población y la consolidación de sistemas de libre comercio.

En el mismo congreso, la exministra de Cultura Carmen Calvo Poyato advirtió que «el machismo es incompatible con la democracia» y así lo recalcó como idea central de un contundente alegato en favor del feminismo y el fin de la desigualdad de derechos que aún hoy, aseguró, divide a hombres y mujeres. Calvo denunció el déficit democrático de las sociedades contemporáneas, cuya grieta fundamental es la «misoginia». REDACCIÓN