Solo han sido 14,3 litros los caídos en el observatorio del Aeropuerto entre el viernes y las 18 horas de ayer y, sin embargo, fueron suficientes para casi arruinar la fiesta de las Cruces, que oficialmente terminaba a las 16 horas de ayer y que, tras un decreto municipal, se prolongó hasta las 2 de la madrugada.

Sin embargo, la prórroga no fue utilizada por todos los colectivos, que aún la tarde de ayer estaban expectantes al tiempo y a la afluencia de visitantes para ver si seguían o comenzaban a desmontar las instalaciones. En esa tesitura se encontraban ayer, por ejemplo, cruces populares pero lejos de la afluencia masiva de otras, como las montadas por la hermandad de Las Penas, en San Andrés, o la de la Expiración, en la plaza de Santa Marina, colectivos que, aunque muy lejos de lo esperado, algo han podido recaudar este año entre chaparrón y chaparrón. Peor lo han tenido otros, como La Esperanza (en el cine Olimpia), con una recaudación más raquítica aún que la del lluvioso 2011. En el lado contrario, aunque sin tirar cohetes, están cruces muy populares, como la del Bailío (hermandad de La Paz) y Conde de Priego (El Resucitado), en donde se refugiaron durante los chubascos los más ansiosos de fiesta.

Capítulo aparte está la polémica sobre el acierto municipal de prorrogar 10 horas las fiestas para compensar a los colectivos. Mientras que algunos han aplaudido la decisión, otros consideran que hubiera sido mejor ampliar el horario cada noche o, como en años pasados, haber permitido iniciar la fiesta el jueves. Francisco Alcaide, concejal del PSOE, reiteraba ayer su propuesta de alargar la fiesta hasta el próximo fin de semana.