Iván Tovar se licenció en Bellas Artes pero le sedujo el mundo del tatuaje. Acostumbrado a hacer diseños de diversos tipos, vio en esta disciplina una oportunidad y se lanzó de lleno junto a su mujer a abrir su propio negocio XL Tatto Studio, ubicado en el Barrio del Naranjo, aunque eso sí, sin abandonar otro tipo de dibujos y pinturas que también le llenan. Comenzó haciendo colaboraciones con una amiga especialista en estética, que le dio ideas y le abrió un horizonte de posibilidades. Fue ella la que le comentó que existía un tipo de tatuaje para devolver a las mujeres mastectomizadas su areola y su pezón. Y no se lo pensó dos veces. Desde entonces ofrece sus servicios gratuitos a todas aquellas mujeres que quieran tatuarse una mama mastectomizada.

Iván señala que se enteró de que por realizar este tipo de trabajos se cobraba unos 150 euros por mama, pero que supo también que hay quienes lo hacen de forma altruista. Y él lo tuvo claro desde el principio. Son pocos los que dominan y realizan esta técnica y ha tenido ofertas de colaboración, pero no quiere lucrarse con este trabajo y confía en que otros tatuadores le ‘copien’ la idea para dar este servicios a quienes han padecido una parte muy dura del cáncer de mama.

«La sombra del cáncer está ahí, es algo que a todo el mundo le puede tocar» y en el caso de las mujeres «siempre he considerado que la pérdida» de una o dos mamas «no es agradable» y «para ellas es importante». Por eso, con este trabajo, lo que hace «es devolver, de manera solidaria, lo que es mi filosofía de vida».

Ahora, con la pandemia, ha decidido hacer un parón para no exponer a sus futuras clientas, que tienen mayor factor de riesgo, pero volverá a la carga tan pronto tenga oportunidad.

Y lo hará con la misma técnica que ha hecho siempre, buscando siempre «la naturalidad», intentando «que se parezca a su pezón y trabajando «sobre el tono de piel» de cada mujer que a la que atiende en su gabinete. Poco a poco ha ido mejorando las pigmentaciones para evitar que sus tatuajes pierdan coloración, pero en caso de que así sea, ofrece a sus clientas la posibilidad de volver para retocarse. Y también lo hace gratis.

Iván dice que hace esta tatuaje «por satisfacción, porque he visto cómo se les cambia la cara a esas mujeres desde el primer día que vienen» y hacen que «uno se sienta útil». «Lo hago porque puedo» y «esa ha sido mi elección».

María del Mar Ruiz se siente feliz por decidirse a tatuarse la mama. Foto: A.J. GONZÁLEZ

María del Mar Ruiz se siente feliz con su decisión de tatuarse tras pasar por una mastectomía. Destaca que desde lo que hizo la vida le ha «cambiado totalmente» y aunque «no estás igual que antes porque piscológicamente has pasado por cosas, físicamente me veo bien, como me veía antes».

Y aclara que «no tiene que ver con nadie, tiene que ver con una misma, porque «es una parte de tu cuerpo que es «importante», a pesar de que «es más importante perder otras partes», pero hasta que no te falta «no te das cuenta de lo que te puede llegar a traumatizar eso».

Pepi tuvo dos mastectomías y ahora está muy contenta. Foto: CÓRDOBA

Pepi Illescas explica que «se siente muy bien, satisfecha» y «muy contenta» con sus tatuajes. Acudió a Iván cuando su cuerpo y su mente estuvieron preparadas para ello, después de dos mastectomías, y ahora «en cuanto me entero de que alguien ha pasado el trance se lo comento» porque «es una ayuda para toda persona que se decida a hacérselo». «Lo único que puedo decir cuando me preguntan, es que lo hizo muy bien».

El tatuador Iván Tovar en su local. Foto: A.J. GONZÁLEZ