Este año la celebración de la Virgen de la Fuensanta es diferente. No hay Velá, ni familias reunidas para pasear por el barrio y comprar campanillas en los puestos, ni algodón de azúcar, ni niños correteando por las atracciones. Hay fe y devoción; una celebración íntima de uno de los pilares del barrio de la Fuensanta, su Virgen y su Santuario.

Así, explica Antonio Morales, párroco del Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, se han suprimido algunas de las tradiciones como el paso de los niños bajo el manto de la Virgen o la procesión. «Se vive con más sencillez y se recupera el sentido original de la fiesta». Así, explica Antonio Morales, párroco del Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, se han suprimido algunas de las tradiciones como el paso de los niños bajo el manto de la Virgen o la procesión. Pero, «se vive con más sencillez y se recupera el sentido original de la fiesta». En este sentido, el párroco insiste en que no se va a perder la visita al Santuario que estará abierto al público desde las 8 horas hasta las 22 horas. De tal manera que «lo esencial y más tradicional se va a mantener». El aforo estará limitado a 100 personas para garantizar la seguridad, se desinfectará cada hora y habrá un grupo de voluntarios jóvenes controlando que todas las medidas se cumplan.

Los vecinos que ya han ido acudiendo en los días previos para informarse e incluso adelantar la visita a la Virgen, creen que la decisión de suprimir la Velá ha sido acertada y aunque creen que es «un duro golpe» para la economía y la vida del barrio, es «lo mejor para todos». Asimismo, los que todavía no lo han hecho, afirman que acudirán durante el día con la misma ilusión que otros años porque «el Santuario es el centro del barrio y hay que estar ahí».

De esta forma, Manuel Castilla, propietario de la Taberna La Abuela, junto al Santuario, explica que la Velá supone una inyección económica para los meses contiguos que suelen ser difíciles pero cree que lo importante es «saber adaptarse» y afrontan el día de hoy con ilusión ya que mantienen una estrecha relación con la parroquia.