La crisis del coronavirus ha cambiado la realidad de cientos de familias cordobesas, gente de clase media o baja que vivía al día y de golpe y porrazo se quedó sin ingresos. Acabado el confinamiento, la emergencia social continúa, pero responder a la demanda es cada vez más complicado. Prueba de ello es la llamada de alarma lanzada por el banco de alimentos, que en breve se quedará sin existencias para abastecer a las organizaciones que las reparten a las familias necesitadas. Esa es la realidad que describen las personas voluntarias y entidades que durante el estado de alarma se movilizaron para ayudar.

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Las limitaciones de movilidad y la situación extrema de miles de familias llevó a la Delegación de Solidaridad del Ayuntamiento a crear la plataforma 'Todos por Córdoba', sin dotación económica, para coordinar las entregas, una plataforma de la que se ha desligado y que ahora deja en manos de las oenegés.Según la concejala de Solidaridad, Eva Contador, "la plataforma nunca ha usado recursos municipales, más allá del personal, sino del Banco de Alimentos", recalca. "Nosotros no somos Asuntos Sociales y desde el principio, sabíamos que la plataforma no venía para quedarse".

Según Contador, la web seguirá abierta porque "es impensable que desaparezca hasta que lleguen otras ayudas», si bien asegura que muchas entidades se están descolgando al recuperar su actividad normal y que «el volumen de familias inscritas está bajando". Según los datos de Contador, la plataforma empezó con 1.500 familias y actualmente aglutina ya a más de triple. Algunas entidades implicadas en el reparto critican que la falta de criba de los datos ha hecho que durante el confinamiento hubiera familias recibiendo comida de varias entidades, lo que ha acelerado el desabastecimiento que existe ahora.

Parroquias y asociaciones

A punto de caducar la prórroga del programa de ayuda alimentaria de Servicios Sociales, que atiende a asentamientos rumanos y unas 700 familias sin recursos, con un banco de alimentos casi vacío, la carga recaerá ahora en parroquias, asociaciones y la sociedad civil, movilizada desde el principio para ayudar. "Hemos recibido muchos donativos y se han hecho muchas campañas, pero aún no hemos recibido ninguna ayuda de las autoridades", señalaba hace unos días Carlos Eslava, presidente del Banco de Alimentos. "Las autoridades tendrán que intervenir, ya que cuando nuestros almacenes estén vacíos el problema será de los que gobiernan", afirma.

En el Sector Sur, un grupo de voluntarias lleva semanas repartiendo alimentos a una veintena de familias. "Todo sale de donaciones porque al no ser asociación, no tenemos nada del banco de alimentos», explica una de ellas, que insiste en que «hay que habilitar un nuevo sistema que dignifique acorde al siglo XXI y no al XV y acabar con esta forma de caridad". En la cola, hay familias que nunca antes habían tenido que recurrir a este tipo de ayudas y desconocían los cauces para hacerlo. "Yo trabajo en hostelería, pero todavía no hemos cobrado el erte por un error en la entrega de los papeles y me he visto obligada a pedir para comer", explica. "Tengo dos hijos pequeños, mi marido en el paro, es muy duro recurrir a esto y como no sabes dónde ir, te ves perdida".

La misma estampa se repite en el colegio de los Trinitarios, donde se entregan lotes para las familias asignadas hasta ahora por la plataforma 'Todos por Córdoba'. "Esta semana, hemos pasado de 15 a 34 de golpe", explica Lorenzo Pérez, coordinador. "El 57% de lo que repartimos es del Banco de Alimentos y el 43% lo aporta la hermandad del Esparraguero, bomberos, la AVV Galea Vetus --que ha hecho una campaña en el barrio-- y otras donaciones". La situación es cada vez peor. "En la última entrega, el Banco de Alimentos nos dio la misma cantidad para 15 familias que para las 34 que tenemos ahora, no creo que podamos aguantar mucho así".

El Movimiento Ciudadano, por su parte, reclama al Ayuntamiento que ante la situación mantenida de emergencia social, a la espera del Ingreso Mínimo Vital del Estado y la renta social de la Junta, "se mantenga al menos en junio el programa de ayuda alimentaria y el respaldo al Banco de Alimentos y que empiece a trabajar para definir una renta social complementaria para los colectivos vulnerables que se queden fuera de otro tipo de ayudas".